Parte VII

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—¿Esto o esto? Creo que mejor este… no este - Annie luchaba con su guardarropa.

—¡¡AAAY QUÉ DEMONIOS!! Me rindo - la señora Braun se acercó a la habitación de su hija al escuchar sus gritos.

—¿Annie estás bien? - la señora preguntó con precaución.

—Estoy bien, no me molestes… - Annie gritó.

La puerta se abrió y la chica rubia salió de la habitación con el cabello alborotado y de muy mal humor se dirigió al baño y azotó la puerta.

—Está estresada porque tendrá una cita - Reiner salió de su habitación vestido con una camisa de manga larga de color azul y unos jeans negros y comenzó a burlarse de la chica.

—¿Una cita? - la señora Braun sonrió.

—Cierra la boca, imbécil, eso no es cierto - Annie salió del baño con una expresión mortal.

—Pues la próxima vez que hables por teléfono con tu NOVIO, asegúrate de hacerlo más bajo - Reiner imitó su expresión actual, pero al ver que Annie estaba a punto de abalanzarse hacia él, decidió correr por su vida.

—¡¡Vuelve aquí, marica!! - Annie gritó pero su madre la detuvo.

—¿Annie tienes un novio? - la chica giró para ver a su madre a la cara.

—¿Vas a sermonearme? - ella estuvo a punto de volver a su habitación.

—Eso es fantástico, ven conmigo yo voy a ayudarte… - la madre de Annie sonrió y tomó a su hija del brazo.

—¿Y qué te hace creer que necesito tu ayuda? además es solo un estúpido muchacho engreído - Annie mintió, en realidad estaba nerviosa y quería verse bien.

—Confía en mí… - la señora Braun sonrió y se llevó a su hija hacia su habitación.

—Compré esto para ti hace un par de semanas, no sabía en qué momento dártelo, creo que ahora es la ocasión - la mujer rubia puso una caja sobre su cama.

Annie la tomó con su rostro serio como de costumbre y la abrió, luego sacó del interior un pantalón negro, una camiseta blanca con detalles de La Guerra de las Galaxias de color metálico y un par de sandalias de tacón alto negras con detalles dorados.

A Annie le costó mucho fingir que el regalo no le había causado una gran impresión, en realidad lo amó, era justo como a ella le gustaba vestir (excepto los tacones).

Annie se puso la ropa y se dobló el pantalón por encima de los tobillos.

—Te quedó perfecto, sabía que esa era tu talla - la señora entrelazó sus manos suprimiendo el deseo de abrazar a la chica.

—No está mal - Annie dijo en tono seco.

Y como si de un milagro se tratara, Annie permitió que su madre la preparara, un poco de rímel, sombra de ojos, brillo labial y algunas cosas más.

En una hora y media Annie estuvo lista, se miró por última vez en el espejo y sonrió débilmente, se sentía muy bien, aunque no le agradaba saber que se había vestido así solo para Eren.

Unos minutos más tarde alguien llamó a la puerta y la señora Braun bajo a atenderlo —Hola ¿Vienes por Annie? Ella bajará en un segundo ¿Quieres tomar algo?

—No será necesario… Ya vámonos - Annie salió y arrastró a Eren para alejarlo de su madre.

—Diviértanse - la señora se despidió desde la puerta.

Eren se tomó unos segundos para admirar a la chica, usando ese calzado se veía un poco más alta y la ropa se ajustaba perfectamente a su cuerpo.

Amor de Secundaria [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora