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¿Alguna vez sentiste ese frío recorrer tu cuerpo? Ese frío que solo puede provenir de un solo lugar, tú alma.

¿Qué se hace cuando todo a tu alrededor parece ir en caída libre, pero no hay nada al final del trayecto?

Cuando la frase de motivación típica: la vida es solo una y hay que vivirla no encaja para nada en tu día a día ¿Cuál es la salida?

29 de enero 2018

Los pocos vellos de mi cuerpo se erizaron, sentí mis piernas temblar, mi respiración entrecortarse y mi corazón palpitaba como si de forma desesperada buscara que mi pecho se abriera para poder escabullirse y perderse en la oscuridad de mi habitación.

Era una noche más, otra como cualquier otra desde que todo aquello aconteció. El frío se colaba por la ventana que daba hacía la plaza más emblemática de Riverthing, sin embargo no era ese frío el que calaba mis huesos, si no, el recordar cada segundo de la noche del 2 de marzo. Las pesadillas no habían cesado desde aquel entonces, parecía que de cierta forma era lo que merecía, como si estuviera destinada a vivir recordando, ya no había esperanza, no había una luz que se filtrara por mi ventana y así mismo pasaba con mi vida.

Arisbeth ya no era lo que alguna vez fue. Su juventud, belleza y vitalidad habían quedado en el letargo, atrapadas en aquella noche. Pero... ¿Qué sucede cuando alguien sacude tu vida de una manera tan fuerte, insistiendo querer alumbrar todo aquello que estaba invadido por las tinieblas?

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⏰ Última actualización: Mar 29, 2018 ⏰

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