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La manera en que nos conocimos fue poco convencional y eso en gran parte se debió a mi enorme torpeza que nunca me abandona.

Acababa de entrar a trabajar de medio tiempo como limpieza en el conservatorio de música de Goyang. Hace mucho tiempo estuve buscando un trabajo para comenzar a juntar dinero, pues los planes que tenía para mi futuro diferían mucho de lo que mis padres deseaban y por lo mismo estaba segura de que debía apañármelas sola.

No es que simplemente lo hubiese asumido, estaba segura de ello, ya que desde pequeña supe que la música era todo para mi. Siempre amé cantar y por lo mismo participé en coros y musicales de la escuela, sin embargo cuando rogué por lecciones a mis padres ellos simplemente se rieron.

"La música solo puede ser un pasatiempo" - me dijeron.

"No puedes vivir de ello"

Lo único que pude hacer fue ir aprendiendo por mi cuenta, leyendo libros de técnica vocal o buscando en internet, pero ni hablar de que mis padres me oigan cantar, pues de cualquier forma termino regañada.

"Mejor deberías empeñar en la escuela en vez de perder el tiempo canturreando por ahí" - me decía siempre mi madre cuando me escuchaba.

Por lo mismo, cuando encontré el anuncio fuera de la puerta del Conservatorio no dudé un segundo en postular, pues no solo ganaría dinero si obtenía el puesto, sino que también tendría la oportunidad de seguramente escuchar fabulosos cantantes en cada uno de los rincones del edificio.

El conservatorio de Goyang era bien conocido por su destacada división de cantantes, pues las técnicas que les enseñaban eran brillantes y por lo mismo sus alumnos solían conseguir muy buenas becas en universidades relacionadas con las artes escénicas o destacar en el ámbito del espectáculo.

No podía estar más que feliz cuando recibí la llamada con la noticia de que había sido contratada, estaba segura de que sería un trabajo que llevaría a cabo con mucho gusto, sobretodo rodeada de un ambiente cargado de música y arte.

Y como ya lo dije, apenas acababa de entrar y ya estaba metiendo la pata. Quedaban las últimas horas de mi turno cuando uno de los chicos con los que trabajo Minhyuk, me pidió si le podía ayudar a limpiar el auditorio, pues al siguiente día había una función y todo debía estar impecable.

Tan pronto entramos al lugar, Minhyuk recordó que había olvidado algunos implementos para hacer la limpieza, así que me avisó que iría por ellos mientras yo esperaba allí. Comencé a pasar un trapo por los barandales en lo que regresaba mi compañero y solo un minuto después, el silencio absoluto de aquel amplio auditorio se vio interrumpido por una serie de melodiosas notas provenientes de un piano.

Inmediatamente mis ojos fueron hasta el oscuro escenario. Solo un tenue rayo de luz destacaba la sombra de un chico sentado frente a éste.

Silenciosamente fui bajando los escalones del auditorio uno por uno y conforme me iba acercando, pude darme cuenta de que se trataba de un chico castaño joven, probablemente de mi edad o un poco mayor.

Me quedé totalmente sumida en lo que hacía, la manera en que tocaba el piano era algo que no había visto nuca antes. No parecía siquiera que sus finos dedos tocaran alguna de las teclas, más parecía que las acariciaba. Además, aunque las facciones de su rostro no se distinguían muy bien, se podía notar que sus ojos se encontraban cerrados de una manera suave, mientras sus dedos seguían danzando sobre el piano. La melodía era tan hermosa, me recogió por completo el corazón e incluso lágrimas se acomodaron sobre mis ojos amenazando con caer con aquellos angelicales sonidos.

¿ Cómo podía alguien tocar y trasmitir tanta pasión en una sola melodía?

Cuando el chico terminó de tocar hizo crujir sus dedos y luego al voltear hacia el frente notó inmediatamente mi presencia colocando una expresión algo sorprendida sobre su rostro.

- Oh disculpa si te incomodo, pero estaba limpiando allá arriba y en serio eso fue increíble - me apresuré a decir un poco nerviosa.

El chico simplemente se limitó a voltear su cabeza sin decir palabra ignorándome completamente. Solo comenzó a recoger unas partituras y al levantarse pude ver un poco mejor su rostro. De una nariz muy perfilada y con largas pestañas que destacaban mucho, lucía quizá algo enfadado, pero no creía que mi intromisión lo hubiese enojado tanto. Bajó las escalerillas y me dio una mirada cargada de desprecio antes de voltear hacia la puerta de salida.

- ¡Pues qué modales te gastas ¿no?! Un gracias no arruinaría tu reputación ¿ o acaso te comieron la lengua los ratones? - solté con toda la indignación que me provocó aquella actitud engreída.

Peinó su flequillo algo rizado hacia atrás y me dirigió nuevamente una mirada muy cortante, lo que me hizo inmediatamente arrepentirme de haberle llamado la atención de aquella manera.

¿ Qué tal si me acusaba y me despedían del trabajo?

- Por torpe e inoportuna - pensé en ese momento.

El chico siguió sin decirme nada, solo me vio de arriba a abajo de una manera muy despectiva que me hizo sentir muy vulnerable. Luego de aquello simplemente se fue dejando que las puertas se cerraran violentamente detrás de él.

- ¿ Qué rayos ha sido eso? - preguntó Minhyuk quien entraba con la aspiradora en la mano.

- Pues ni yo misma lo sé honestamente - respondí dando un enorme suspiro.

- Por tu expresión diría que fue un desastre de encuentro ¿no? - preguntó mientras dejaba el artefacto en el suelo.

- Parece que es un engreído total - bufé haciendo una mueca de disgusto - Realmente no fue capaz de dirigirme ni una sola palabra, ni siquiera un insulto... - protesté.

- Pues no lo hará jamás - sentenció Minhyuk con cierto pesar en la voz.

- No entiendo a qué te refieres con eso ... - solté confundida.

- No te habla a ti ni a nadie y no lo hace porque no quiere... simplemente no puede.

Y así fue como luego de aquel desafortunado encuentro y por la breve historia que Minhyuk me contó sobre ti, me enteré de que habías perdido la voz.

~Voiceless~




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[Kihyun] "Voiceless"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora