Obsesión

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ANTES DE LEER ESTA HISTORIA, POR FAVOR Y LEAN CON ATENCION, POR QUE NO SE VOLVERA A DAR ADVERTENSIAS EN EL RESTO DE LOS CAPITULOS:

ESTA NO ES UNA NOVEL ROSA.

CLASIFICACION: MA

Advertencias: Puede contener lenguaje explícito y temas para adultos. Escenas fuertes no aptas para todo el público, entren y lean bajo su propio riesgo.

...Disfruten la lectura...

Heme aquí de nuevo. Sentado en un cómodo sillón frente a una mesita rústica dentro de una pequeña cafetería, esta se ubicaba en contra esquina de la universidad en la que comencé a trabajar hace ya tres meses. Me hallaba como cada sábado, tomando tranquilamente mi café americano sin crema o azúcar. Fingía leer un libro de cálculo integral el cual desde mi maestría no había ojeado y sin que se nadie se diera cuenta, observaba a cierta pelirrosa con detenimiento.

Esa joven era mesera de ese lugar.

Ella se encontraba justo ahí, a unos metros de mi mesa, vistiendo su uniforme de siempre que consistía en unos pantalones ajustados de color negro, que se adherían perfectamente a su aparente gran y firme trasero, llevaba encima de estos un mandil de color azul pastel y una camiseta polo de tono azul marino que resaltaba su pequeña cintura y sus pechos de tamaño que considere apropiado para mí gusto. "Apuesto sus senos cabrían perfectamente en mis manos". Pensé pervertidamente. Su cabello estaba sujeto en una coleta alta y sus lentes de armazón rojo cubrían sus hermosos ojos jade. Esa mujer era una belleza de eso no cabía duda. "Ella se había convertido en protagonista de mis más calientes sueños eróticos..."

No aparentaba más de los veintiún años. Y como era costumbre la joven se encargaba de tomar las órdenes de los clientes frente a la caja registradora. A veces limpiaba las mesas o llevaba los pedidos a sus dueños, pero la mayor parte del tiempo estaba a cargo de tomar los pedidos. Ahora, desde mi lugar de siempre, podía apreciar cómo les sonreía a todos los clientes. Indudablemente atraía mucho a público masculino. "A mí, entre ellos".

Realmente me tomó bastante agarrarle a su horario. Y por lo que he observado. Parecer ser una estudiante de medicina, lo intuí por los títulos de los libros que la he visto leer durante su tiempo libre. Además de sus sudaderas con él obvio logo de facultad de medicina de la universidad de Konoha. Después de frecuentar el lugar todos los días, soy consciente de que solo trabaja en ese establecimiento dos días a la semana. Tanto tarde como mañana y solo en turnos de seis horas. Jueves en la mañana y sábados en la tarde.

"¿En qué momento me convertí en un acosador? Ni siquiera yo lo sé." Pensé mirándola muy disimuladamente por encima de mi libro.

Una vez que aprendí su jornada laboral. Solo acudía y me quedaba en ese lugar en esos dos horarios. Llegaba después de que la pelirrosa iniciaría su ronda, así podía ser atendido por ella y me retiraba antes de que la joven partiera. Pero con el fin de soltar sospechas compraba café a diario. Sin embargo, no permanecía por un tiempo prolongado a excepción de los dos días ya mencionados.

"La primera vez que la vi fue cuando llegué al prestigioso colegio de paga en el cual recién me habían contratado.

No era mi primera vez impartiendo clases, puesto que tenía seis años de haberme graduado como ingeniero biomédico y contaba con una maestría. Anteriormente dicté varios cursos en otra universidad con gran renombre en la ciudad de Suna, donde realicé dicha maestría. Y dado ese hecho tuve que dejar Konoha por unos años, entre otras razones.

Ahora, después de años, una oportunidad se dio y comenzaría a laborar en la universidad de mi ciudad natal. Ese mismo día en compañía de mi mejor amigo firme el contrato y acepte el empleo. Posteriormente me llevó a recorrer el campus para familiarizarme con el lugar. Él trabajaba en el área administrativa de la universidad de Konoha ya desde hace años.

Después de tanto caminar decidimos o más bien decidió el, a ir por algo a la cafetería que se ubicaba cruzando la calle. Al entrar a la rústico y ligeramente oscuro café pude apreciar a muchos estudiantes sentados tomando alguna bebida o simplemente charlando en grupo. Pasé de lado ignorándolos, enseguida tomamos asiento en una mesita cerca de la ventana y alejados de todos, noté que algunas chicas nos observaban. Solo atine a rodar los ojos.

El atraer al público femenino era algo normal en mi vida diaria. Mas no me interesaba mucho ese hecho, pero eso no quería decir que no sacará provecho del mismo, no obstante, a pesar de eso no mantenía ninguna relación afectiva o sentimental con ninguna mujer. Y si deseaba satisfacer mis deseos carnales, solo tomaba a una mujer y procuraba no volverla a ver.

"El romance no era para mí."

—Hay mucha gente. -Dije algo irritado por la gran masa de gente que rodeaba el lugar.

—Parece ser que tenemos que ir a pedir las bebidas a la caja. —Dijo mi estúpido amigo rubio mostrando su característica sonrisa "No entiendo por qué está tan feliz el dobe" Pensé sin evitarlo al verlo actuar tan lleno de energía. Naruto hizo un ademán de levantarse, más ya harto de esperar fui más rápido y me levanté primero. "No soy una persona tan paciente y menos aún si estoy en un lugar con tantas personas."

—Hmp, yo iré—. Mencione y el rubio solo asintió con la cabeza, seguidamente me encamine a la caja a paso lento, estaba algo cerca de nuestra mesa, fui apreciando el lugar en el trayecto. Finalmente, cuando llegué a la caja y subí mi mirada, fue entonces ahí cuando vi esos hermosos ojos verdes como esmeraldas y unas sus bellas facciones cubiertas por unas gafas de armazón rojo, dichas características no tardaron en llamar mi atención. Sin embargo, como el Uchiha que soy, mantuve mi cara inexpresiva frente a la chica la cual me sonrió amablemente.

—Buenas tardes, ¿Qué va a tomar? —Preguntó con un tono suave y educado.

—Un americano simple y un cappuccino de vainilla.—. Pedí de la manera más seca y sería posible.

— ¿Sería a nombre de quién? –Pidió aun con su tono suave. Mientras llenaba el pedido en la computadora.

—Sasuke—. Saque mi billetera de mi bolsillo, tome el dinero y le pague, ella tomó el billete y lo colocó en la caja para después ofrecerme el cambio. Rápidamente lo acepte y lo coloque en el frasco de propinas. Su sonrisa se agrandó y con ella me transmitió todo su agradecimiento. Opte por sonreírle lascivamente al más grande estilo Uchiha como respuesta, no obstante, para mi sorpresa ella ni se inmuto.

Comenzó a preparar nuestras bebidas con rapidez, yo solo observaba detalladamente cada uno de sus movimientos. Cuando por fin mi pedido estuvo listo me dirigí a nuestra mesa mirando las bebidas en mis manos. Al llegar mire la expresión confundida de Naruto.

— ¿Por qué sonríes? — Cuestionó mirándome con un rostro sumamente extrañado. Creo que no me había dado cuenta, pero tenía una sonrisa divertida en los labios.

—No hay razón. – Dije aún más divertido, mientras le extendía la taza de café y este la tomaba. Disimuladamente volví a posar mi mirada en la joven pelirrosa mientras le daba un sorbo a mi café.

*Desde entonces esa chica de la cafetería se convirtió en mi obsesión. *

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La chica del CafeteriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora