Tengo 16 años y en este momento estoy viviendo en una hermosa y acogedora casa sola. Mi vida era prácticamente perfecta, estudiaba lo que amaba y me la pasaba de compras! Eso es lo genial de vivir en Miami. Estaba acostumbrada a un silencioso barrio, con encantadores abuelitos que cada día me saludaban al verme salir. Pero un día un auto rojo muy grande estaciono en la casa de al lado y bajo un chico "popular", asi puede llamarse. Estaba vestido con unos pantalones que llegaban hasta sus rodillas, parecia que se habia hecho ensima! Y unas zapatillas enormes.
Rezaba por que ese chico no venga a vivir a mi lado. Me vió que estaba espiándolo por la ventana y me dedicó una sonrisa y un ojo se cerró. Ahora me cae aún peor.
Estaba en la escuela, en clase de ciencias y el profesor presenta una persona nueva que acababa de entrar. Adivinen quien era? Ajam, el. Y adivinen donde se sentó? A mi lado, JUSTO A MI LADO.
-Hola- dijo
-Hola- le dije y le dí vuelta la cara.
-Estas bien?- preguntó tocándome el hombro. Ya me estaba molestando y no me dejaba escuchar la clase.
-Mira, si estoy bien o mal es mi problema. Ya cállate, no me hables, no me toques y mejor múdate de casa!- le grité, y parece que todo el salón escuchó ya que cuchillaban entre ellos.
-Que pasa allá atras?.- dijo el profesor.
-Nada señor.- dijo "Justin", sí, así se llamaba.
-______ quiero que vayas a la sala de dirección y le expliques al director la razón por la que estabas gritando- dijo Skinner.
-Pe-ro, yo no hice nada- dije defendiéndome.
-Ella no hizo nada- dijo Justin.
-Está bien- dijo no muy convencido- entonces los dos se irán a dirección.
Con cara de odio hacia Justin salí por la puerta sin esperarlo. Se acercó a mi corriendo y se puso a mi lado.
-Lo siento- Dijo
-Te dije que no vuelvas a hablarme. Tu solo me metes en problemas, apenas te mudas y ya llevo una firma en mi cuaderno. Eres el mejor, sabes?- dije con sarcasmo.
-Mira, lo siento, no fue mi intención, yo solo quiero llevarme bien contigo ya que seremos vecinos. No quise meterte en problemas. Explicame la razón por la cuál me odias- dijo mirándome.
-Es que, es que me sácas, te crees el mejor por tener un buen auto, o por usar ropa asquerosamente de marca. Y-y te haces el lindo y engañas a las mujeres con tu apariencia- dije, fue duro, pero era la verdad.
-Como sabes que engaño a las mujeres?- Dijo, auch, caí en su trampa.
-No lo sé. Solo déjame- dije y empezé a correr hacia donde me ordenó el profesor.
-Te dejé sin palabras, Ángel- dijo gritando por atrás mio.
El día pasó rápido, ojalá no me vuelva a cruzar al idiota de Justin porque le arranco los ojos con dos cucharas. Me dolío a mi misma el comentario que hice. Ahora me dirigía a mi casa. Queda a unas 12 cuadras de la escuela. El ruido de un cláxon suena a mis espaldas.
-Quieres que te lleve, Ángel?- dijo Justin desde su auto.
-No, prefiero caminar.- dije y seguí mi camino.
-Vamos, se que estás muy cansada, Ángel- dijo que irritante que es.
-Me gusta caminar. Tú no vas a decirme lo que tengo que hacer y lo que no. Y ya deja de decirme Ángel. Pareces idiota- suspiré.
-Ok, como digas Angelita- dijo y pasó a toda velocidad por mi lado, haciendo que el agua que había a la orilla de la vereda callera sobre mí.
-Desgraciado!- le grité toda mojada- VAS A PAGÁRMELAS!