Capítulo 1

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Alex Pov

Al igual que todos los días suena la alarma a las 6:30 Am. Me levanto, aceo y regreso a mi cuarto donde encuentro mi teléfono sonando sobre mi cama, lo tomo y contesto.

-- Sí, buenos días

--Buenos días, es usted Alex?

--Sí, ella habla que sucede?

-- Oh nada, sólo quiero saber si podría usted venir a maquillarme mañana, cree usted que sería posible?

-- Exactamente a qué hora sería?

-- Entre las diez y las once

-- Sí está bien, envíeme la dirección por mensaje.

-- Muy bien, la esperaré.

-- Sí, gracias.

Perfecto no eh empezado el día y ya tengo trabajo, me encanta comenzar el día de esta forma.

Término de vestirme con unos shorts en jeans azul rasgados el "ruedo", una blusa olgada entrada en las orillas y mis converse blancas. Por supuesto una buena maquillista no sale a la calle sin estarlo así que eso hago, nada muy llamativo todo muy natural, por último me hago una cola descuidada y ya estoy lista para la acción.

Tomo mi maleta de maquillaje, mi mochila, teléfono y salgo del cuarto. Como lo imaginaba todos en casa aún siguen dormidos, paso por el cuarto de mamá entró a darle un beso y avisarle que me voy, ahora si ya me voy.

Tomo un taxi y le muestro la dirección que me envió la señora y le pido que me lleve hasta allí.

Para aclarar no es la señora de la mañana es otra que tenia en mi agenda desde hace varios días.

...

El taxi aparca frente a una gran casa, nada que no haya visto ya muchas veces, le pago al señor y camino con mi maleta y mochila hasta la entrada, toco el timbre una... dos... tres... cuatro... veces y nada.

Genial me dejaron plantada a la mitad de la nada, porque sí tenía que estar en el lugar más recóndito del planeta.

Escucho pasos del otro lado así que toco el timbre otra vez, en eso aparece una chica con uniforme y abre la puerta.

-- Lo siento, olvidé que vendrías y la señora tuvo que llamarme para que viniera a abrirte, lo siento mucho.

-- No te preocupes, no es como que pensara que me habían enviado al final del mundo para hacerme una broma, para violarme o algo así, te aseguro que no.

La chica peliroja suelta una leve carcajada y me guía hasta una habitación en el segundo piso. Entro y lo primero que veo es a una señora en una... silla de ruedas?

-- Buenos días, Alex cierto?

-- Sí

-- Bien, no perdamos más tiempo.

-- Por mi está bien.

Empiezo a preguntarle las cosas básicas como el color y estilo de lo que va a usar, y que tan formal es el evento. Nada fuera de lo básico.

Concluyo con mis servicios dejando una vez más a mi cliente satisfecha, recibo mi pago y una jugosa propina la cual no me sorprende nada, siempre es así con estas personas.

Tomo la maleta engancho la mochila en mi espalda y emprendo mi camino a la peluquería. Porque sí también trabajo en una peluquería, donde son un amor conmigo y super flexibles cuando debo salir a maquillar a un cliente o si debo llegar un poco tarde por la misma razón me dejan hacerlo sin ningún problema, en fin es un buen lugar, sin olvidar que pagan muy bien.

...

El día pasa rápido, en la peluquería no hay muchos clientes así que me permiten salir temprano.

Llego a mi casa y para variar Tomas está en el sofá haciendo algo que no logro ver. Mamá está en la cosina preparando la cena y papá al parecer no ha llegado, miro mi reloj, síp aún es temprano.

Paso por la cocina le doy un beso a mamá y dejo mi maleta en el cuarto de atrás, saludo a la bestia de mi hermano y subo a mi cuarto. Me aceo, pongo una película, me recuesto a verla hasta que mamá me llame a cenar y antes de darme cuenta ya estoy en brazos de morfeo.

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