Nuestros colchones estaban enfrentados, Max comenzó a moverse y se dio la vuelta, cuando se dio cuenta que estaba despierto me habló.
-¿Qué hora es? –preguntó con tono dormido.
-Las 5 a.m. –respondí sin mirarlo, mirando el techo.
-¿Qué hacés despierto? –preguntó sentándose en la cama.
-Estoy pensando. -dije abatido.
-¿No podrías pensar a las 10 a.m.? Como la gente normal.
-Es aburrido pensar a esa hora. -bromeé.
Se volteó y siguió durmiendo.Sonó mi despertador. Preparé mis cosas y partí al colegio caminando, como de costumbre. Cuando llegué y no vi a Paul, me di cuenta de que no había ido. Sino ya me estaría molestando. Entonces mi día empezó mejor de lo que pensé.
Entré al curso y Melanie, la chica nueva, ya estaba allí.
Tocó el timbre cuando mi profesora de música ya estaba adentro. No escuché la mayoría de lo que dijo pero cuando me di cuenta de que todos estaban sonriendo y aplaudiendo presté atención.
-Es a fin de año, falta pero hay que ir preparándose. Tienen que ir elegantes. Nada de jogging, ni pantalones cortos, tienen que ir de vestido, y traje ya que es una de sus noches más importantes. -dijo sonriendo muy emocionada.
No entendí de qué estaba hablando.
-Señor Ryan ¿Me imagino que usted va ir? -me preguntó dándose cuenta de mi cara de confundido.
-Sí, pff ¿Cómo podría faltar? -respondí irónicamente. -¿Pero de qué estamos hablando?
Todos mis compañeros de curso empezaron a reír; incluyendo Melanie, mi compañera de banco. Se sentía bien hacerla reír a ella.
-Al baile de primavera. -repitió la profesora algo enfadada.Tocó el timbre, en el recreo me quedé pensado como se sentiría ir a un baile, nunca había ido a uno. Sería genial, o eso pensaba yo. Tenía muchas expectativas; que probablemente se romperían cuando llegara allí, si es que iba.
El día se me paso rápido. Y para cuando llegué a casa tuve una sorpresa. Anna estaba allí, besándose con Max.
Ellos se dieron cuenta de que había llegado.
-Ella es Anna. -dijo Max alejándose de ella.
Ella era petisa, media robusta, pelirroja y con el pelo liso; se veía agradable y simpática. Digamos que no era del todo “linda”, por no decir que era fea.
-Hola Anna. -dije y fui a saludarla.
Anna estuvo en casa como una o dos horas y yo me quedé con Sam jugando videojuegos. Era muy gracioso porque en el comedor, donde Max y Anna estaban, se escuchaban besos y “Te amo” “Yo más” “No, yo más”. Y en mi habitación se escuchaba el ruido de las teclas, ladridos de Sam y “Muérete maldito zombie” “Ni se te ocurra, yo te mataré primero”Cuando la novia de Max se fue, él entró a la habitación conmigo.
-¿Y cómo te cayó mi novia? –preguntó interesado.
-Bien es… agradable. –logré decir.
Sinceramente no entendía esa pareja, se notaba que eran diferentes, él era bonito y ella, bueno no. Él era de esos que no le hacen caso a nadie y ella se veía más una niña de mamá. Él se veía un rebelde, y ella, por el contrario, una santa. Supongo que se amaban, ciegamente, sin importar el físico, simplemente amándose, sin pedir nada a cambio. Qué asco.
Los dos nos quedamos callados por unos minutos. Cuando pude matar a los malditos zombies, lo miré.
-¿La amas, no cierto? -pregunté sin querer, la pregunta solo me salió.
-Con todo mi puto ser.-dijo con cara de enamorado. -De no ser por ella, sería un poco más miserable de lo que ya soy.
-Entonces, no la dejes irse. Nunca. -le aconsejé aunque tampoco sé por qué.
Supongo que si yo estuviera con una persona que me hiciera poner esa cara de idiota tampoco la dejaría ir.
-Tranquilo, no lo haré.Al otro día llegué al colegio. Pero Paul si estaba allí. Increíblemente ni me miró, así que aproveché mi oportunidad para entrar rápido a clase.
Estábamos en Historia, la peor materia del Mundo, cuando Melanie comenzó una charla conmigo.
-¿Y tú? ¿Irás al baile, no? -preguntó.
-No sé, no tengo con quien ir y no siento que me vaya a gustar.
De cualquier modo faltaba muchísimo para el baile, tendría tiempo para pensarlo.
-¿Por qué no?
-Soy más de quedarme en mi casa leyendo que de bailar. -dije sin pensar lo mal que sonaba eso.
Ella solo me miró, confundida.
-¿Y tú? ¿Irás? -le devolví la pregunta.
-Todavía no sé con quién pero sí, tengo ganas de ir.
-Ah, entonces no hay problema.
-Alguien como tú no tendría que preocuparse por encontrar pareja. -dije aunque segundos después abrí bien grandes los ojos dándome cuenta lo que acababa de decir.
Ella giró su cara rápidamente y me miró con una ceja levantada y una media sonrisa. Me ahogué con mi propia saliva, comencé a toser, muy nervioso. Por eso no hablaba con chicas.
-¿Alguien como yo?
-Emm, sí. Quiero decir eres… eres… bonita. -dije simulando indiferencia aunque no creo que me haya salido del todo bien.
Estaba roja, luego se rio.
-Pues, gracias. -me agradeció.
-¿Y… has pensado en alguien para el baile?
-En realidad no, voy a esperar que alguien me invité y si es una persona… interesante, le diré que sí.
-Me parece bien.
-¿Y tú pensabas en alguien?
-En realidad no, no he pensado en nadie en especial. Creo que no iré.
-Igual pue…
Justo la profesora entró haciendo que nuestra conversación terminara allí. Luego de esa materia, sonó el timbre de salida.
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De eso se trata.
Teen FictionJosh tiene 16 años. Su madre muerta y un padre que no conoce. Tiene que empezar las clases con Paul, su acosador. Y su único amigo es Sam, su perro. 16 años, tanto dolor, tanto sufrimiento... tanta mierda. Pero bueno de eso se trata la vida, ¿no?