XVIII

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─ Chanyeol! ─ gritó una chica.

─ Sándara. ─ dijo en un susurro casi como un bufido.

─ Chanyeol, ¡mi amor! ─ se agarró al brazo del más alto y eso tomó en shock al menor.

─ ¿q-quién es ella Chanyeol? ─ preguntaba con su voz temblando a pesar de querer tenerla firme.

─ ¿yo? ─ el menor la observo y asistió.─ soy su prometida, es un placer mi nombre es Sándara. ─ dijo con una sonrisa tan sincera, una chica enamorada como él lo estaba de Chanyeol.

─ Es un placer. ─ dijo devolviendo una débil sonrisa. El niño se acercó corriendo a sus padres.

─ Papi Chanyeol!!! ¡Hay un salta salta ahí! Llévame, ¡por favor! ─ unió sus manitas en una suplica con sus ojitos tiernamente cerrados, la chica abrió grande sus ojos al ver al pequeño, fue entonces donde el menor entendió que de su nueva familia Chanyeol saco a su pequeño niño.

─ Claro, pero pregúntale a tu papá Innie si te deja ir. ─ cargo al niño mirando al menor con una sonrisa, tal que no pasó desapercibida por la joven.

─ Papi!! Porfis, porfitas, prometo comerme la granola. ─ dijo haciendo ojitos, el menor sonrió asintiendo.

─ comerás todas tus granolas. ─ miro inquisitoriamente al niño, quien sonrió felinamente.

─ Claro papi, pero sólo comeré un día la granola, nunca te dije todos los días. ─ rió el niño y Jong In negó.

─ entonces vamos. ─ soltó Chanyeol, caminando delante de la joven y su príncipe.

Al llegar a ese juego, pago el pequeño ticket para que su niño juegue, le ayudó a sacarse los zapatos y también ayudó al niño a meterse en aquel juego. Al caminar de vuelta a la mesa de aquel comedor, el ambiente tenso le dio a entender que tenía que poner en claro algunos puntos, esa tarde se dio cuenta que el menor aún lo ama, y estaba cien por ciento seguro que lo tendría, y está vez haría las cosas bien. Debía aclarar las cosas con la joven que consideraba una tierna joya, no podía seguir con aquello, no cuando perdería oficialmente a su amor.

─ Bien, escúchame Sándara.

─ te escucho Yeolie. ─ sonrió. Y luego dirigió una mirada para nada amigable al moreno, quien minutos antes pensó que era una chica buena.

─ Bien, hace cinco años, yo tuve una hermosa familia, pero por mi estupidez y falta de realidad, lo perdí, perdí aquella hermosa familia, aún me cuesta entenderlo, o asimilarlo, realmente te amo Jong In ─ observo con una triste sonrisa al menor─ quiero retomar aquella familia que tenía, se que también sientes lo mismo que mi, lo sé porque tú sonrisa, porque no sabes ocultar tus sentimientos, yo realmente lo siento Sándara, mi padre propuso el compromiso, no lo negué o lo acepte, no lo hice porque la llegada de ese extranjero me tenía mal, sentía que él me estaba quitando a mi familia, lo siento mucho Sándara, llene de grandes ilusiones tu corazón, pero yo sólo quiero estar con este chico, el padre de mi hijo, el amor de mi vida. ─ toma las manos de Jong In y las beso, para luego dirigir su mirada a la joven.─ realmente lo siento mucho, eres una mujer hermosa, pero yo amo mucho a este Ángel.

─ entiendo... ─ una sonrisa amarga apareció en sus labios y se levantó tomando su bolso─ me tengo que ir. Suerte.

La joven desapareció a pasos rápidos de la vista de la pareja, el ambiente seguía tenso, pero luego dirigió su mirada al menor y sin permiso alguno de él, beso sus labios, tanto tiempo en abstenerse de esos labios le hacía ver estrellas. Amaba todo de ese tesoro escondido, amaba ser único en el alma de este, amaba todo lo que venía de él, amaba tanto a su hijo, fruto de su amor.

PARA PALABRAS DULCES AMOR PROHIBIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora