~Ensueños~

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     ― Aki...- su voz llegó amortiguada por mi pecho y aun así podía notar el titubeo de sus palabras― ¿p...pu...puedes decirme qué escribí?...por favor...

― Me encantaría, pero no le entiendo a tus numeritos raros- mentira. No me costaba nada decirle lo que veía aunque fuera letra por letra, ¿entonces por qué no hacerlo? Quizá temía saber lo que era, o decirlo tan fuerte que alguien que si lo entendiera se enterara de algo importante.

Antes de que pudiese detenerlo se alejó con un suspiro y arrancó un trozo de la costra en su brazo; al ver la sangre todo mi sistema se activó, supongo que la reacción normal hubiese sido protegerlo, detenerlo y curar la herida quizá, pero había un instinto más fuerte dentro de mí que estaba luchando por salir y que ni yo mismo sabía cómo es que seguía conteniéndolo, sentía una necesidad increíble de tomarlo y follármelo hasta que ambos cayéramos rendidos de cansancio, pero no me moví, simplemente dejé que trazara más letras en el piso y me las mostrara con la cabeza gacha.

     ― Bueno Aki...esto es el error...

CH3-Cd-CH3

Miré atentamente las letras y números, para mí no tenían el más mínimo sentido, pero ya que sabía lo que hacía Yalek seguramente se tratara de alguna especie de químico, sin embargo seguía sin tener una gran relevancia en mi mente, pero me contuve de preguntar cuando Yalek se sentó en mis piernas acurrucándose en mi cuello como un animalito asustado que busca refugio. Lo envolví en mis brazos asegurándome que sabía que estaba con él y no pasaría nada mientras así fuera; un bostezo escapó de mí, el cansancio me estaba pasando factura y mi cuerpo lo sabía.

     ― Duerme un poco Aki...- formas irreconocibles fueron trazadas por su dedo sobre mi pecho, me estaba relajando y había una pregunta que debía hacer.

―Yalek, ¿te puedo hacer una pregunta?- me apegué a su cuello para poder disfrutar de ese aroma que tenía mucho más fuerte después del baño, un aroma fresco y dulce, parecido a una flor extraña que alguna vez vi en un mercado, una pequeña flor blanca tan hermosa y delicada como él.

     ― ¿Eh?...S...sí...

― No ahora pero...- suspiré relajándome y buscando las palabras correctas.

     ― ¿Pero?

― Sé que no te gusta que te folle pero ¿me dejarías hacerte el amor?

     ― ¿Eh?...- pude suponer que se había sonrojado y sonreí solo con la idea― S...sí Aki...t...tú puedes cuando quieras, señor lo puedo todo...- Jamás me esperé esa respuesta, mucho menos que me volviera a llamar por ese apodo que me había puesto cuando nos conocimos y no podía sentirme más dichoso. Lo abracé dejando que mis labios consintieran su cuello con suaves toques, era mi forma de expresarme ya que mis palabras hacía mucho que habían perdido el valor que debían tener.

― Te amo Yalek.

Poco a poco mis ojos se fueron cerrando, permitiéndome entrar en ese estado de calma absoluta que su presencia me brindaba, no importaba el dolor que arrastraban mis sueños, ni todo lo que otras personas pudiesen opinar sobre nosotros, solo importaba que lo tenía a mi lado, que compartía mi vida y correspondía mis sentimientos. Al despertar un fino hilillo de saliva recorría mi barbilla, no me había dado cuenta del momento en que me había dormido tan profundamente pero realmente lo agradecía; había descansado tan bien que ni siquiera recordaba lo que mi mente había creado para torturarme como otras veces, simplemente la relajación de mi cuerpo.

     ― Has despertado Aki...- noté que me miraba con una hermosa sonrisa en el rostro y jugaba con mis mechones de cabello entre sus dedos, no me hubiese molestado despertar con esa imagen el resto de mi vida.

― No estoy seguro la verdad- era demasiado perfecto, por un momento en verdad dudé si mis ojos estaban abiertos o en realidad ese era mi sueño, pero era imposible, yo no soñaba cosas tan agradables.

     ― ¿Por qué no?...- ladeo la cabeza provocando que su ahora corto cabello cubriera parte de sus ojos haciendo un efecto curioso entre los dos colores, algo realmente mágico.

― Porque tú pareces de ensueños- atraje a esa visión hacia mí, necesitaba sentirlo, comprobar que era real y disfrutar de ese ser que era solo mío. Mi nariz comenzó a pasearse sobre la piel de su cuello buscando más del embriagante olor, pero Yalek no tardó en hacerle honor a su título de arruinador de momentos.

     ― Me comienzo a preguntar si no más bien confundes sueños con pesadillas...- me tensé, las dudas de si estaba despierto volvieron, pero la disipé lo más rápido posible, no quería pensar en ello, no quería siquiera imaginar la posibilidad de que nada de eso fuera real, simplemente me negaba a aceptarlo. Una mordida, la sensación de su carne entre mis dientes, tenía que ser real― Ñya...- un suspiro, definitivamente era real y era mío. Solté una pequeña risa de alivio repitiendo la acción ganando así un gemido que me hizo sonreír victorioso, solo yo podía provocar eso, y a cualquiera que lo intentara lo mataría sin pensarlo― A...Aki...- continué aferrándome a la esperanza de arrancar más gemidos de su garganta, sin embargo los estaba conteniendo, conociéndolo estaba mordiendo su labio, para calmarlo un poco recorrí las marcas con mi lengua, las nuevas y las antiguas, disfrutando de esa pálida superficie antes de que se volviera a ensuciar. Estaba totalmente concentrado en ello cuando un tirón en mi lóbulo hizo que un escalofrío me recorriera completo.

― Definitivamente eres un sueño- con un movimiento me recosté dejándolo encima de mí y estiré los brazos quedando a su disposición― y adoro cuando no puedo controlar mis sueños- cerré los ojos disfrutando de su casi nulo peso sobre mí, no me molestaba el hecho de que él no me tocara, que fuese tan tímido que seguramente de nuevo estuviera sonrojado hasta las orejas; le adoraba justo así, tan predecible, tan adorable, tan sumiso.

     ― A...Aki...- después de unos minutos por fin se recargó en mi pecho tallándose un poco con mi camisa, no podía dejar de pensar que era como un pequeño animalito, poco me faltaba para ver las orejas y la cola meneándose suavemente cada vez que llevaba mi mano hasta sus cabellos y los peinaba con mis dedos― Ñya...- y si hacía ese tipo de expresiones me era simplemente imposible pensarlo de otra forma.

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Hola...

A que el ratoncito es un sueño...

Si les gustó el capítulo pueden compartirlo con sus amiguit@s...y si no...pueden compartirlo con sus no amiguit@s y a tomar por saco...

Nos leemos luego...

Los Recuerdos Duelen [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora