Miren a la luna

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Realmente, no sé cómo sigo vivo, cada día de mi vida fue un verdadero infierno.
Todo comenzó  cuando tenía apenas 12 años, mi padre siempre tomaba y en algunas ocasiones nos golpeaba a mi madre, mis hermanas y a mi, mi madre aguardaba dinero en un jarrón de vidrio, siempre me exigía que estudiara por qué eso es lo que me diferenciaría de los demás niños de mi edad, poco a poco, los ataques de mi padre fueron más fuerte hasta que llegó a un punto de matar a mi madre.

En ese momento tome el jarrón y me lleve a mis hermanas lo más lejos posible, lo único que pude agarrar fue mi mochila con un poco de comida y unos libros, caminando en los escalofriantes brazos fríos del bosque encontramos una cabaña abandonada a donde pasamos la noche, mis hermanas temblaban de frío así que les di mi ropa para que no tuvieran frío, mientras ellas dormían, mire a la luna con mis ojos apunto de reventar en lágrimas, busque entre las estrellas a mi madre, hasta que finalmente me desmaye, esa noche soñe con mi madre, ella me decía que ella confía en mí y que yo podré sacar a mis hermanas adelante.
Desperté y mis hermanas mirándome con ojos con lágrimas me dijieron que querían a mauricio madre, no supe que decir, solo agaché la cabeza y dije con una voz muy temblorosa
-ella estará en nuestro corazón aunque no la logremos ver.
Mis hermanas sonrieron y con una voz alegre me dijieron - eres el mejor hermanito.

En la mañana salimos a buscar un poco más de comida ya que la que teníamos se terminó, nos encontramos con doña rosa, la cual nos ofreció quedarnos en su casa, nosotros aceptamos con una sonrisa de oreja a oreja, doña rosa me consiguió un trabajo de lava trastes, al cual yo acepté para si poder darles de comer a mis hermanitas,durante la mañana trabajaba y en la noche llegaba del trabajo para ayudarles a mis hermanas a hacer su tarea y comforme fue pasando el tiempo cada vez eran más tareas, a los 18 años pude meterme en un otro trabajo el cual fue albañil, 30 años mis hermanas al fin estaban en la universidad, pero lamentablemente doña rosa falleció, dejando la casa a su único hijo "yo" era como mi madre...

Mis hermanas se fueron a vivir a estados unidos, cada sábado me marcaban para saludarme y un día me marcaron diciéndome que necesitaban dinero, a si que trabaje horas extras, consiguiendo el dinero, apunto de salir del trabajo un fierro se enterró en mis piernas y fue cuando todo cambio totalmente, mis hermanas enojadas, me reclaman que por qué gaste su dinero para mi medicina, me sentía terrible así que les mandé el dinero para mi operación, justo cuando reuní el dinero era demasiado tarde, ya no podía caminar, eso significaba una sola cosa, no podía trabajar....

Tiempo después mis hermanas me marcan para pedirme más dinero, mi sorpresa fue cuando les dije que no.
Me dijieron:
-nunca das nada por nosotras.

-por que eres así

-ojala y te mueras

- ese dinero es para más ropa de marca, por qué no nos consientes.

Yo llore, al saber que mis hermanas me pidieron dinero para comprar cosas que no ocupan y que gracias a ello no puedo caminar...

A mis 85 años moriré, lo se por que el doctor me dijo que ya no tenía salvación a si que esta carta es para ustedes mis hermanitas queridas, miren a la luna
al fin veré a mama...

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⏰ Última actualización: Mar 31, 2018 ⏰

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