Capítulo 28: "El amor lo puede todo"

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(Últimos capítulos)

Milk entraba trasportada por su padre en una silla de ruedas a la habitación donde estaba el joven de cabello alborotado lleno de un montón de máquinas que hacían ruidos extraños y con múltiples vías en sus brazos.

Amor, dijo Milk mientras su padre la acerco en la silla a la cama del jovencito.

Te dejo unos minutos hija, no podemos estar dos personas en el mismo lugar, dijo el rey.

La pelinegra no respondió nada solo miro a su padre con nostalgia mientras pensaba: Hasta donde pudo llegar tu temor a perderme.

En cuanto el rey salió la pelinegra tomo una de las manos del jovencito de cabello alborotado y la beso mientras derramaba lágrimas sobre ellas al tiempo que decía: No puedo creer que papá te haya causado este daño, me cuesta creer ello pero es así, él ahora está arrepentido, respetara el pacto, yo le dije que te amo que sin ti no concibo la vida que no pensaba irme contigo por el pacto sino porque seguía lo que mi corazón me dictaba y eso era que siga al amor de mi vida ósea tú. Mi bello alienígena, mi príncipe no me dejes, no me dejes ¡por favor¡ ahora ya podemos ser felices, tú me prometiste llevarme a tu planeta para allá vivir juntos en la casita que me construiste, me presentarías a tu familia y amigo, ¿lo recuerdas?, Gokú no puedes olvidar ello, yo sé que tú eres fuerte, esta solo es una prueba más para probar tu fortaleza y la mía, para probar nuestro amor.

La pelinegra ya no pudo aguantar más y rompió en llanto sobre la cama de su amado al hacerlo este pareció reaccionar y apretó la mano que ella le sostenía con fuerza al tiempo que intentaba abrir sus ojos lentamente.

¡Gokú¡ dijo Milk.

¡Princesita bella¡ dijo Gokú con voz cansina mientras con la mirada borrosa miraba a su amada.

No te agites, estoy aquí contigo, dijo Milk dándole suaves besos a la mano del jovencito.

Me siento muy débil, dijo Gokú.

Tú eres fuerte, no puedes sentirte débil, tú tienes que recuperarte por ti y por mí, ahora ya podremos ser felices, decía Milk.

¡Te amo Milk¡ dijo Gokú.

Yo también ¡te amo¡ te amo como nunca imagine que se podría amar en la vida, dijo Milk con voz entrecortada.

No llores, no voy a morir, no voy a dejar que la muerte me quiera llevar, yo quiero hacerte muy feliz, dijo Gokú sin fijarse aún que la pelinegra estaba en una silla de ruedas.

Yo también te hare muy feliz cariño, dijo Milk con dulzura al tiempo que un médico entraba al lugar.

¡Disculpe princesa Ox¡ pero no puede estar más tiempo, dijo el médico.

Ya despertó, dijo Milk.

Si ya lo note, voy a evaluarlo, lo mejor es que usted vaya a reposar también, dijo el médico.

Está bien, pero antes déjeme despedirme ¡por favor¡ dijo Milk.

Bien, dijo el médico mientras miraba a la pelinegra decirle algo al joven de cabello alborotado haciendo que en el rostro de este se forme una ligera sonrisa luego de ello la pelinegra con ayuda de su padre salió de la habitación.

Sin duda el amor lo puede todo, yo pensé que no despertarías pero el amor que los dos se tienen hizo el milagro, dijo el médico acercándose a la cama del joven de cabello alborotado.

Yo amo mucho a mi princesita, dijo Gokú.

Y ella a ti muchacho, dijo el médico.

Señor ¿Por qué veo tan borroso?, dijo Gokú preocupado.

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