Capitulo 2

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Marta llegaba a su vecindario, un lugar muy tranquilo, con pocos incidentes, no era lo mejor de la ciudad de <San Hugo Chávez>, pero era lo que podía pagarse una chica que había heredado una pequeña fortuna de su padre fallecido y que había abandonado su trabajo poco después de volverse monja; Subsistía gracias a sus ahorros básicamente, Aun así, se podía dar sus gustos, tener un auto, una casa de dos plantas con un pequeño patio, un perro, una laptop, un teléfono con conexión a internet, etc. Mientras recorría las aceras de camino a su casa no tardo en avistar que aquella gran casa al lado de la suya, de dos pisos, hermoso jardín, amplios ventanales, majestuosa entrada, colores contrastantes y que se veía tan cálida, recibía la visita de un hermoso vehículo deportivo <Ferrari> de color rojo, con unas ventanas ligeramente oscurecidas desde donde se podía ver la silueta de un hombre en su asiento. Su corazonada acertó, aquella casa que aunque hermosa, llevaba inhabitada desde hace poco menos de un año, aparentaba tener un nuevo dueño, aquel hombre que estuviese sentado en el auto; ella se preguntaba si esto representaría algún cambio significativo en su vida ¿Un nuevo amigo? ¿El amor de su vida? María se discutía si combatir el cansancio tirándose en su cama de una vez por todas o primero darle la bienvenida a su nuevo vecino, en eso, el misterioso hombre se baja de su vehículo, era bastante alto, quizás de dos metros de estatura, un pelo castaño oscuro casi negro que dejaba notar lo bien cuidado que estaba, probablemente utilizaba alguno de esos champús que promociona Shakira o Leonel Messi; la camiseta negra que portaba apretaba los grandes y definidos músculos de aquel muchacho que debía tener 25 años. El chico guardo sus lentes oscuros para dejar ver sus ojos de un color azul "Piratas Del Caribe" su mirada era muy penetrante y seductora; Marta le miraba como si el mismísimo cupido le hubiera disparado todas sus flechas en la pepita. El chico se dirigió al asiento del copiloto y abrió la puerta dejando salir a su perro <Pastor alemán> que tenía su pelaje tan cuidado como el de su dueño; La mascota salió saltando emocionada del auto y corrió como loca en el amplio jardín de la entrada de su nueva casa, luego se detuvo un momento, olfateó el ambiente y Salió disparado hacia la hipnotizada María, pero el dueño de un silbido lo detiene justo en frente de María. El chico a paso lento fue hacia María, dejando que su perfecta sonrisa rodeada de una barba de pocos días le acompañase.

-Nosabía que un perro podía tener tan buen gusto para las mujeres-el chicoextendió su mano a María dejando ver aquel brazo venoso que María (como tantasotras mujeres) amaba-Déjame presentarme, me llamo Ramon Tepar Tolacuca ¿Cuál esel nombre de la chica que tengo el placer de conocer?


-¡Llámamemami papi!-María no lo pudo controlar, se puso nerviosa y se corrigió lo másrápido posible rogando porque Ramón no la hubiera escuchado-¡María! Quisedecir, Llámame María por favor...ehhhh... ¿Cómo se llama tu perrito?-Buscandocualquier excusa para desviar la conversación

-Quien

-Elperro

-Quien

-Ósea,el nombre del perro

-Quien

-Teestoy hablando de tu mascota

-Quien

-Seve que te quieres hacer el graciosito...-dijo ella segura de que entendía el tontojuego del vecino

-¿Quées lo que me quieres decir? De verdad quiero entenderte-sonrió tratando dedarle confianza a María, pero solo empeoraba la situación

-Teestoy hablando del perro que esta frente mío.

-Mary,si me dejas llamarte así-en todo inocente-te estoy tratando de decir que Quien

-Túlo que quieres es hacerme molestar para reírte

-¿Eresigual de linda cuando estas molesta que cuando estas nerviosa?

-¿Estasusando a tu perro para coquetearme?

-¿AQuién?

-Alperro plaste mierda ese mardito muchacho mojón bruto del monte- esas fueron laspalabras que quedaran atrapadas por muy poco en la boca de María-Olvídalo...-pusoun rostro de hartazgo un momento, pero siguió-¿De dónde viene un chico tanlindo?-Bastaba preguntar de donde venía, pero a María agrego ese pequeñocumplido tanto voluntaria, como involuntariamente; Le resultaba raro, nocoqueteaba desde que se hizo monja, pero este chico representaba una autenticadebilidad.

-¿Esoimporta? Por qué mejor no te preguntas donde estamos en este instante y en loque podría hacerte...-se mordió ligeramente el labio buscando incomodar a Maríalo más posible, casi que proponiéndole un beso.

-Creoque...-su respiración comenzó a agitarse-creo que estas yendo muy rápido.

-¿Yendorápido a dónde? Ni que fuera un carro.

Sopló una pequeña brisa que dejó un poco delpelo de María en su rostro y antes de que se arreglase, se le adelantó Ramón.

-Permítemepor favor-Y con su gran mano aparta el caballo de María a la vez que le haceuna pequeña caricia.

-Creoque estas desviando mucha esta conversación hacia donde no es.

-Estoyllevando esta conversación justo donde los dos queremos, te estoy dando más tiempodel que debería para que te des cuenta-poniendo una cara relajada como situviese todo sobre control, maquinando en silencio.

Maríase sentía entre la espada y la pared, mejor dicho, entre el pipe de Ramón y lapared; se salvó por muy poco de una interminable noche de sexo duro, Maríallevaba suficiente tiempo en este mundo para entender las intenciones de unsemental como Ramón, conocía a hombres como el, pero nunca uno que tuviera unacercamiento tan directo pero tan delicado al mismo tiempo. Quien ladro luegode estar callado lo poco que duro la conversación.

-Pareceque el chucho tiene hambre-se agacho a la altura de la mascota y le hizo unapequeña caricia en la cabeza-Supongo que debo irme...-se levantó, se sacudió lasmanos y tomo desprevenidamente a María por la cintura y el cuello, le dio uncuidadoso empujo dejándola caer en sus brazos en la típica posición de unbailarín, acerco su rostro al de ella y susurro

-Que sepas que este será elprimero de muchos de nuestros intensos encuentros-acerco sus labios y Maríainstintivamente cerro los ojos esperando un beso, pero Ramón le dejo con lasganas, se apartó un poco y recito poéticamente-Todo a su debido tiempo.

Laayudó a levantarse, le miró un breve instante, luego hizo un gesto de darle unbeso y se va dándole la espalda como si nada hubiese pasado, seguido de superro que ya se había calmado. María seguía ahí de pie intentado asimilar todola gama de sensaciones que experimento en apenas dos minutos; monjisticamentehablando, ella estaba prácticamente violada. Cerca de ahí, había una chica de17 años con una cara de impresionada muy impresionante que por el charco de"liquido extraño" que había en el suelo, se podía deducir que había presenciado(Y disfrutado demasiado) el pequeño show que se montó Ramón en plenovecindario, de esa magnitud era el erotismo de Ramón; fue el anciano que pasabaen bicicleta gritando: "¡Arroz con coco!" que hizo que la mente de María reaccionaray volviera a la realidad.

-Ala verga...-fue la única expresión que se le ocurrió en ese momento luego desacudir su cabeza como si tratase de poner su cerebro en el lugar correcto.

Volviendoa lo que se suponía tenía que hacer, dio unos pocos pasos para finalmentellegar a su casa, lamentando que pudo haber evitado ese incomodo momentocaminando unos segundos más; Eso sí, primero se limpió el pedazo de mierda(probablemente de Quien) que tenía pegado en la zapatilla.

La Mona Y El StripperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora