La casa de María solo estaba habitada por ella misma y un silencio casi absoluto luego de haber cerrado la puerta. Iba a un paso demasiado lento, tampoco es que uno se la viva corriendo en su propia casa como Pastor Maldonado, pero era como si sus piernas reaccionaran con lentitud; sentía todas las energías de su cuerpo siento utilizadas por su cerebro para asimilar lo sucedido hace un momento. Se sirvió un vaso de agua fría del refrigerador y no bebió hasta tomar asiento en el sofá de la sala de estar, ni siquiera viendo televisión, escuchando la radio o disfrutando de alguna música, simplemente pensando. Dejo el vaso a la mitad y lo coloco en la pequeña mesa de la sala para luego dirigirse a su cuarto a cambiarse la ropa que ya de por si se había cambiado en la iglesia, pues, ella sentía que la vestimenta que ahora portaba se encontraba contaminada de lo que nombro "Energías sádicas"
Almomento de retirarse los pantalones, noto que había una pequeña mancha en supantaleta que se hallaba justo por encima de su zona pepital, cuando examino lazona con su mano pudo sentir claramente una sensación de humedad. Se sentía asqueada.No era la primera vez que le pasaba, si no la tercera. La primera vez (comenzóa recordar María) fue cuando asistió a un concierto de One Direction en primerafila y la segunda ocasión, leyendo el final de la trilogía erótica de <50 mangos>del notable escritor N.P Egrande. Al simple tacto de sus dedos con aquelliquido grito.
-¡Superultra mega recontra asquito!-y se retiró velozmente la ropa interior y lasdemás prendas que llevaba.
Tomo dirección al baño inmediatamente y abrió laregadera. Se tomó su tiempo para dejar que todas las "Energías sádicas" seescurrieran de su cuerpo. María se puso una piyama a tan solo las 2:15pm deaquella tarde y sin pensarlo más se fue a dormir esperando despertar mañana, lasiguiente semana o el próximo mes, el tiempo que fuese necesario para olvidaral vecino al cual sentía haberle agarrado un gran odio tan pronto, aun sabiendoque vivía a su lado y tarde o temprano tendría que verlo nuevamente. María solopudo dormir hasta las 6:00pm. La alarma de su teléfono le había despertado,este tenía la hora mala y en lugar de despertarle en la madrugada lo hizo en latarde, lo tomo con mucha arrechera tratando de no sacar la cabeza de debajo delas sabanas, lo apago y lo volvió a poner donde estaba; Encendió el televisorsabiendo que no volvería a tomar sueño tan rápido; luego de estar pasando entrecanal y canal durante un rato se puso a ver definitivamente una maratón de <Lento yContento> únicamente porque ahí aparece Vin Gasolina, uno de sus actoresfavoritos, pues las películas de estasaga en realidad le parecían tontas. Tan solo era la mitad de la segundapelícula cuando María se durmió esperando a que terminasen los comerciales, enese momento ya eran las 8:21pm y ella nuevamente concilio el sueño esperandoque fuera otro día.
Maríase despierta exaltada por una pesadilla; Sudada y con la respiración agitada,toma el teléfono para ver la hora pero recordó que lo había apagado, lo dejodonde estaba y decide salirse de la cama. Cuando estaba en la cocina apunto deservirse un vaso de agua, recordó el que había dejado en la mesa de la sala;Agrego unos hielos al vaso, espero que se enfriara un poco y se lo termino debeber para luego ponerse a dar vueltas por la casa para relajarse a la vez quetrataba de recordar sobre que trataba la pesadilla, y lo hizo. En aquel malsueño, ella se encontraba en el patio trasero de la casa sembrando unas rosascuando escucho el corto, pero fuerte y doloroso sonido de un perro seguido delfrenazo de un auto; Ella corrió todo lo rápido que pudo a la acera de su casapara encontrarse a su perro arrollado y cortado a la mitad, como si fuera unfilete cortado por un chef de 5 estrellas, lo impactante de la escena fue loque la despertó del corto pero tétrico sueño. Le dolía la cabeza y le entrabanlas náuseas de solo pensar en eso. Para tratar de calmarse un poco laconsciencia no había nada mejor que ir a ver a su perro sano y salvo que seencontraba donde siempre, probablemente durmiendo tranquilo.
-Pero¿Por qué no habría venido a saludarme como todos los días?-Se decía María a símisma en voz baja-debe estar en el cuarto de invitados durmiendo en la cama, sidebe estar ahí-trataba de convencerse de que nada malo pasaba.
Elperro no aparecía ni en esa habitación ni en ninguna otra parte de la casa, yahabían pasado veinte minutos cuando María comenzó a pensar lo peor.
-¡Tienesque estar bromeando!-y se puso la palma en la frente-Lo que me faltabahoy-decía suspirando.
Aquellaimagen de un hoyo en la cerca del patio trasero le llego a la mente, elproblema no era que el perro hubiese ido a la casa del vecino, si no que fue ala casa de "el vecino" ni más ni menos. María no queríapensárselo mucho porque era consciente de que se podía echar atrás ¿Pondría sudignidad por encima de su perro? Simplemente subió al piso de arriba a buscarunas cholas, las llaves de la entrada y por ultimo fue a la cocina a ver elreloj que marcaba las 2:45am. Ya estaba decidida a plantarle cara a Ramón, perojusto a punto de meter la llave en la cerradura se detuvo.
-¿Yocabré en ese hoyo?-se preguntaba en voz baja-Es eso o esto...-se lo comenzó apensar seriamente.
Erauna cuestión entre llegarle a Ramón a su casa en la madrugada a preguntar porun perro o escabullirse en su casa para no hacerle frente, era un difícil perotonta decisión. Nuevamente se debatió que no debía pensarse mucho las cosas porla posibilidad de echarse para atrás. Fue al patio trasero y con unos pequeñosgolpes abrió el hoyo un poco más, lo suficiente para que pasase aun un pocoforzada, pero lo logro.
ESTÁS LEYENDO
La Mona Y El Stripper
HumorUna historia humoristica que de paso es romantica y viceversa.