Narración externa
Para la chica de cabellos rizados le era muy complicado salir de su tan estricta rutina para meterse en otra, pero sabía que tenía que hacerlo, sobre todo al ir camino de la universidad.
Sus ojos se mostraban oscuros y cansados debido a su dificultad de coinciliar el sueño los días entre semana, aunque eso era una de las cosas que se mantuvieron siempre en su rutina: las ojeras. Por suerte para ella existía un invento increíble denominado maquillaje que la permitiría verse decente por lo menos el primer día de clases. Ignorando las palabras de su guía de ir a recogerla sobre las siete y media, la de cabellos rizados optó por salir una hora antes a dar un ligero paseo por la ciudad, no sin antes coger su preciada cámara, la cuál le regalaron en la navidad de sus dieciséis dónde había tenido un fuerte flechazo por la fotografía. Y qué mejor para la de cabellos rizados que hacer algo que ama en el sitio que ama. Caminando sin sentido de percepción a lo largo de las calles de Seúl, a oscuras, en una tibia mañana de finales de verano contempló un pequeño parque en el otro lado de la acera, se encontraba vacío y sin vida, parecía tener bastantes años, pues desde lejos se podía divisar la mugre de las patas del tobogán y el hierro oxidado de las cadenas de los columpios.
Aquella chica se vio invadida por el recuerdo de aquellos niños que estuvo cuidando en España durante dos años, recuerda las veces que los llevaba al parque que se encontraba a cinco minutos de su hogar para evitar que estos pequeños no se molestaran con ella por retenerlos tanto tiempo en casa y les comprendía, son niños, tienen derecho a salir fuera a tomar el aire y jugar mientras tanto. Recuerda la cantidad de fotos que capturó mientras ellos jugaban en el tobogán o simplemente corrían para capturarse mutuamente. Recuerda las veces que jugaban al escondite y, a pesar de que la joven rizosa estuviera fuera de juego, los niños le obligaran a cerrar los ojos, acusándola de hacer trampas. No duró mucho tiempo cuando le sacó una foto a ese parque con nostalgia del parque anterior. Bajando la cámara para mirar la foto recién capturada, revisa por el rabillo del ojo su teléfono, el cuál se encuentra al borde de caer de su bolsillo, con la pantalla iluminada con varios mensajes escritos tanto en Coreano como en Español, ahora logró comprenderlo, al dejarlo en modo vibrador, se movió sólo hasta casi dejarse caer por la gravedad.
Los mensajes y las llamadas perdidas llegaban como una estampida de ñus escapando de una hiena, los primeros que leyó fue los de su madre, preguntando de forma desesperada si había llegado a Corea a salvo, pues seguramente se haya olvidado del cambio de horario. La siguiente en ser respondida fue su hermana, aunque esta sólo le había preguntado por pura cortesía y ella era consciente de ello, por esa misma razón ni siquiera la contestó. El padre de la joven ni siquiera se molestó en preguntarle nada, su contacto seguía vacío igual que siempre. Ya que la madre era la sobreprotectora, ¿Para qué molestarse en preguntar si había llegado bien?
Los últimos mensajes en leer por su parte fueron los del coreano desconocido que le escribía mensajes, el posible miembro de BTS...sí, quizás era un buen nombre de contacto, pues fue el que le puso al contacto, aunque todavía necesitaba pensar un mote que no fuera ese para que no descubriera su intento de investigación.
Porque quién sabe, a lo mejor es sólo un acosador.
Posible miembro de BTS: "Buenos días, pequeña"
Posible miembro de BTS: "¿Qué tal amaneciste?"
Posible miembro de BTS: "¿Ya pensaste en un mote para mí?"
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Memory [M.Y.G]
أدب الهواةTodo era normal hasta que ella entendió el mensaje y luchó por la victoria, cruzándose con su camino a su segundo éxito. "No quiero saber nada más de ti Kim Seok Jin" Portada by: @sugar_weird43 ❀Aviso❀ Historia con contenido vulgar Es ficción, todo...