Fixed

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Mi hermano era el que habló.
Me veía como si ya estuviera acostumbrado a que yo estuviera ahí.

Dylan: ¿Cómo sabías que--?
Gerard: Mamá me envió a hacer las compras y... Pues el centro comercial está al justo después del puente, sitio donde estás tú ahora.
Dylan: Bueno... Jeje... Supongo que viene bien que estés aquí.
Se sentó a mi lado, nuestros brazos estaban pegados, brindando ese calor fraternal que provocaba en mí siempre.

Gerard: ¿Ahora me dirás qué sucedió?

Procedí a contarle todo. Fueron unos 10 minutos donde hablé sin parar.

Gerard: Vaya, pues sí que tienen que ser unos hijos de perra para hacer eso. Aunque está claro que tu amiga no tenía la culpa.
Dylan: Es cierto... ¿Sabes? Comienzo a pensar que siempre sabes cuando me siento mal.
Gerard: Quién sabe, brodita, quién sabe.
Dylan: Bueno, supongo que debo volver a casa, mañana seguramente vea de nuevo a Amy, así que podré disculparme.
Gerard: Okay, yo haré las dichosas compras, alguien tiene que llevar la comida a casa.
Dylan: Hasta luego.

Me levanté y caminé a mi ritmo típico. Iba con las manos en los bolsillos y mirando al frente.
Llegué a casa y ahí estaba Muk, seria, rara vez la había visto así, sin su característica mirada amigable.

Muk: Siéntate.

Me senté a su lado, ella no me miraba, estaba con los ojos al frente y una mirada fría.

Dylan: ¿Q-Qué suced--?
Muk: Es normal cometer errores.

Imagino que se refería a lo de Amy, pero... ¿Cómo lo sabía?

Dylan: Muk, yo...
Muk: No tienes que decir nada, es normal, las preguntas que te hicieron estaban muy fuera de lugar.

Me cara pasó a una de curiosidad.

Muk: Pero...

Yo sólo miraba.

Muk: Tienes que aprender a reconocer tus errores. Es normal que a la gente le hagan daño, pero no es justo desquitarse con quienes no tienen la culpa.

Ella me abrazó, hizo un gesto para que guardara silencio y me habló con el tono más dulce que había oído en mi puta vida.

Muk: No te sientas triste, lo primero que ella hizo fue preguntar si estabas bien. No te odia ni lo hará nunca. Es una buena amiga. Más aún por eso debes disculparte.

Me besó en la frente y me miró con dulzura.
Nos quedamos afuera mirando las estrellas. Sus ojos se veían preciosos... Brillaban con la misma intensidad de la estrella más luminosa en el cielo, pero bueno, me estoy poniendo muy poético y se supone que debería narrar de forma un poco más literal.

Muk: ¿Sabes? Esto me recuerda a cuando éramos niños y jugábamos en la noche a las escondidas.
Dylan: Sí...
Silvermuk: ¿Te acuerdas de ese día que te escondiste en una maceta y quedaste atorado?
Dylan: Sí, ¡jaja! Vaya día fue ese.

Nos reímos un poco. Luego sólo nos quedamos mirando, tuve tiempo para apreciar esa sonrisa que me quitaba lo depre cuando era un niñato. Acabé abrazándola de nuevo, con fuerza.

Dylan: Te quiero, Muk.

Ella correspondió al abrazo, me abrazó incluso más fuerte de lo que yo lo hice.

Silvermuk: Y yo a ti.

Y así acabó otro día, me quedé jugando con Garu hasta que Gerard llegó, todos cenamos.
La familia reunida, y con una invitada extra.

Así que tú no lo arruines.
















Ya era de mañana, tocaba ir a clases.
Desperté a Silvermuk como acostumbro y nos fuimos en dirección a la secundaria.
Al llegar, había muy poca gente, era un día nublado y triste.
Sólo espero que Amy venga para poder disculparme.
Llegó Crystal, quien nos saludó y tuvimos una corta charla.

Dylan: Wow, luces... Resfriada.
Crystal: Bueno... Digamos que de repente se nubló y hace un frío que te cagas. *estornudo*
Muk: ¡Estornudas tierno!

Crystal la quedó mirando unos segundos. Muk tenía buenas intenciones, pero el orgullo de Crystal es algo fuerte.
Pasaron los minutos. Gracias a Dios, Amy llegó.
Nos saludó a todos con normalidad, así que intenté ser yo el que empezara a hablar.

Dylan: Amy, yo--

Me abrazó, con tanta calidez como otros días.

Amy: Te quiero.

Me susurró eso al oído.
Es increíble como una persona puede ser tan amorosa con la gente.
El día continuó con normalidad luego de eso.

Another "Normal" LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora