Nivek (L Lawliet y tu)

El encuentro

Eres una chica de veintitrés años. Hace cuatro te mudaste a Nueva York para comenzar una nueva vida en tus estudios de arte.
Estudias en la universidad de esa misma ciudad, y vives compartiendo piso en el centro con la que se ha convertido en tu mejor amiga, Alice.
Es una chica agradable, pero siempre algo alocada y tarde o temprano te involucra en sus trapicheos.
Tú, sin embargo, amas el arte sobre todas las cosas y sueñas con poder vivir de ello algún día; pero ahora trabajas a media jornada en una pequeña tienda de regalos para pagarte los estudios y mantener el alquiler al día.

Una tarde de primavera tu amiga llega a casa más emocionada que de costumbre.
-¡TENGO LA NOTICIA DEL SIGLO!-Grita con su habitual entusiasmo.
- A ver, cuenta.-Dices con una sonrisa.
-Bueno, esta semana empieza la exposición de arte de Nivek.- Pero tú eso ya lo sabias.
Nivek era el artista del momento. Sus cuadros reflejaban una expresividad incontrolable y los colores que usaba parecian sacados de otro mundo.
Esa misma semana se realizaba una exposición de sus cuadros y realmente se habian realizado muy pocas en todo el mundo, ya que era un pintor reservado y desconocido.
Nisiquera se le había visto en persona. Nadie sabia cual era su identidad , ya que Nivek era solo un nombre falso, ni mucho menos su rostro.

Por esa razón las exposiciones al público que realizaba eran contadas, exclusivas, e imposibles de visitar para dos simples estudiantes de universidad.
-Si, claro que se que esta semana es la exposición.-Le dices algo molesta. No hay nada que deseases mas que poder ver esas pinturas en persona.
-Déjame acabar. Resulta que el padre de Geoffrey es encargado de seguridad del museo, y tiene entradas para la exposición.-Se te hiela la sangre. Geoffrey era un amigo de la universidad que siempre andaba detrás de Alice.
-¡¿Cómo?!-Exclamas al instante.
-Lo que oyes, y son tres entradas. Él va a ir, y nos llevará a cambio de una cita conmigo.-Aclara triunfal.
Te tiras a los brazos de tu amiga y la abrazas con fuerza y efusividad. Sabes que hace todo esto por ti. Porque para ella el arte es poco más que más un pasatiempos.
-¡Oh Alice, muchisimas gracias! No te haces una idea de cuanto te quiero.-La chica rie de forma dulce.
-Bueno, esta vez tendrás que invitarme a muchos muffins en compensación.-Te advierte con otra sonrisa burlona.
No te lo puedes creer. Pasas el resto de los dias casi sin poder dejar de pensar en que serias una de las pocas perosnas afortunadas que entrarían a esa exposición.
Preparaste tu bloc de dibujo, lápices, colores y tu cámara de fotos.
Quedasteis con Geoffrey en la entrada del museo, y ya esperaban frente a las taquillas un par de docenas de personas.
La mayoría parecian periodistas.
Todos estaban a la caza de este esquivo pintor sin nombre.
-Bueno, chicas, ¿sabéis que se rumorea que Nivek estará en esta exposición? En alguna de estas salas.-Sugirió Geoffrey con una sonrisa.
-Eso se rumoreaba en todas las que ha habido, pero nadie ha consiguido encontrarle.-Afirmas con seguridad. Has investigado mucho sobre este autor.
-Seguramente será un abuelete al que le guste mantener a los demas en suspense.-Se ríe tu amiga Alice.
-Sus cuadros son de mucha madurez, así que yo tambien creo que será una persona entrada en años.-Comprates la misma opinión que tu amiga. Se necesitaba mucho experiencia para alcanzar el nivel de esos cuadros.

Seguis esperando hasta que llega vuestro turno y enseñáis los pases que lleva Geoffrey.
Al fin entráis.
No te lo puedes creer.
Estas realmente nerviosa.
Siete salas llenas de las mejores obras de Nivek.
Es un sueño hecho realidad.
Pasas por varias salas, cada una con cuadros aun mas sorprendentes que la anterior. Haces fotos en los sitios permitidos y comentas con tus amigos la mayor parte de las obras.
-Son aun mas espectaculares en persona.-Admite Alice.
-Me gustaria intentar hacer algun boceto de alguno de ellos.-Susurras casi sin pensar.
-Bueno ¡pues hazlo! Aun queda tiempo hasta que cierren, y hemos pasado por casi todas las salas.-Sugiere Geoffrey deseoso de quedarse con Alice a solas.
Y a tu amiga no parecia disgustarle la idea. Por otro lado, un momento asi no podías desperdiciarlo.
Poder realizar un boceto con una pintura asi en persona seguramente era algo que no se repitiria jamas.
Aceptas la oferta del chico y te quedas en la cuarta sala.