Back to Black 2

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Algo en mí se rompe cuando me doy cuenta de la situación. Intento aguantarme las lágrimas, por puro orgullo.  

-T/N, déjame que te explique...- murmulla Brendon. 

-No hay nada que explicar, Brendon. 

Sarah, sin embargo, sonríe. 

-Oh, tu eres T/N, ¡mi amiga por correspondencia! 

Se me congela la sangre. Era tan obvio que era ella. No sé como se lo habrá hecho, pero era obvio que algo había tenido que ver. Al decir esto Brendon la mira con una cara desconcertada. 

-¿De qué coño hablas Sarah?- pregunta él con cierto desprecio. 

-Se acabó, Brendon- contesto, al borde de las lágrimas-no voy a aguantar esta mierda.

Salgo por la puerta como un rayo, él no viene detrás mío. Antes de que las piernas me fallen, bajo las escaleritas corriendo y salgo por la puerta delantera. 

Me monto en la moto dando un golpe a propósito a la furgoneta. Que les jodan. A los dos. 

Acelero, quiero refugiarme en mi piso y no salir de ahí en días. Qué tonta soy y he sido. A lo mejor lleva meses poniéndome los puñeteros cuernos. A lo mejor fue a Los Angeles a verla en junio. Joder, me siento usada. 

Mi mente acelera todavía más que mi moto. Me bajo la visera para evitar el viento en la autopista, pero las lágrimas me van empañando todavía más la vista. Veo una gasolinera al lado de la carretera y me desvío por ahí. Aparco la moto cerca de los surtidores y ni bajo. Me quito el casco temblando y muerdo insistentemente una de las mangas del hoodie. Apoyo mis brazos y mi cabeza contra el manillar de mi moto y empiezo a llorar a moco tendido. 

Me siento, sucia, usada e imbécil. Ya van dos veces que me lo hacen. Y sigo cayendo. Claro, ¿como va a querer quedarse conmigo si tiene a la maravillosa Sarah? Donde hubo fuego, brasas quedan, que se suele decir. 

Después de un buen rato, cuando siento que mis pulmones están vacíos y no me quedan más lágrimas, levanto la cabeza y veo que ya es de noche. No me siento en condiciones de conducir. 

Recuerdo lo que me dijo Holly este mediodía, así que saco el teléfono y marco su número. 

Siento que la histeria, las lágrimas y la ansiedad vuelven cuando descuelga. Tengo que darle explicaciones al mundo y no estoy preparada para ello. 

-Holls...Holls... 

-T/N, ¿Qué te pasa?- contesta, histérica al oír mis sollozos.

-Venme a buscar, estoy en la gasolinera de la A40, cerca de Greenford. 

-¿Qué te han hecho?

-Luego te lo cuento, por favor, tráete el casco y llévame a casa, por favor- suplico. 

-Pillo el metro, tengo un cuarto de hora de camino, ni se te ocurra moverte si estás en zona segura. 

El cuarto de hora se me hace eterno. Ni en mis pesadillas la cosa con Brendon terminaría así. Bajo de la moto y me siento en el bordillo, secándome las lágrimas y los mocos con la manga del hoodie. 

¿Por qué me he entregado a alguien tan rápido? Nunca aprendo. Era obvio que sólo ha jugado conmigo para dar celos. Ya me extrañaba que ella no dijera nada a nosotros apareciendo en la prensa. Claro, lo hacía a través de las putas notas.  

-¡T/N, T/N!- oigo a lo lejos, levanto la cabeza y veo a Holly corriendo hacia mí, cuando  me doy cuenta se me ha tirado encima para abrazarme. 

-¿Estás bien T/N?- chilla Holly, cogiéndome la cara con las manos, comprobando si tengo alguna herida.

-Físicamente sí, del resto no tanto- lloro. 

-¿Qué ha pasado?

-La de las notas- hiperventilo entre sollozos- era la ex mujer de Brendon. Bueno, siguen legalmente casados. 

-QUÉ.

-Cuándo he llegado tía, como tenía llaves no he llamado- me sorbo los mocos- y me lo he encontrado en el salón con los morros pegados a ella. 

-MENUDA HIJA DE ....- se exaspera y yo no puedo dejar de llorar- Vale chochete, vámonos a casa, conduzco yo, sólo agarrate a mí y no te preocupes por nada más. 

Me ayuda a levantarme y ahora recuerdo que en ningún momento me he quitado la mochila, parece parte de mí. 

Me siento en el paquete de la moto, me agarro fuerte a mi amiga y cierro los ojos. Noto cada brisa de viento, cada viraje, cada frenada en mis mejillas. 

-T/N, ya hemos llegado, vamos a casa. 

Casi salto de alegría al llegar a mi pequeño refugio, mi casa.  Abro la puerta y entro corriendo. Me encierro en mi habitación y me tiro en la cama. 

Mala idea. Tengo demasiada rabia acumulada. Mi madre, en sus pocos momentos maternales siempre me decía que si lloraba me fuese a lavar la cara, que al menos el llanto pasaría. 

Salgo para ir al baño un poco atontada todavía y antes de entrar oigo a Holly hablando por teléfono en el comedor.

-Lo siento, Pete, no puedo quedar hoy, tengo que cuidar de T/N.

Al oír esto ando de puntillas hasta quedarme al principio del pasillo. 

-Le ha pasado algo muy gordo... no le digas nada a Brendon, sobretodo no hables con él del tema. Ya te lo contaré. 

Mi amiga cuelga y se da cuenta que la estoy mirando. 

-Holly, ve a hacer lo que tengas que hacer con Pete, que el mío haya salido gilipollas no significa que todos lo sean. 

-No, te jodí un fin de semana romántico y cuidaste de mí después de todas las burradas que te dije, no sólo te debo una, eres como una hermana, joder. Y las hermanas se ayudan. 

Echo a llorar otra vez y corro a abrazarla. 

Nos sentamos y le empiezo a contar todo, la actitud de Sarah, que Brendon ni tan solo se ha disculpado y que aún llevo su puto hoodie puesto. 

-Por lo del hoodie no te preocupes, quítatelo y ya se lo devolveré. O si te sientes con ganas devuélveselo tú.

-No lo sé, la cabeza me va a estallar. 

En este justo momento aparece Evie maullándome, como si estuviese preguntando qué me pasa.  Se sube encima mío y empieza a amasar mis piernas con sus patitas.

Le acaricio en lomo y ella me responde con unos ronroneos muy sonoros. 

-Voy a intentar distraerme con algo. Necesito ventilarme un poco. 

Voy hacia mi paquete de cigarrillos y saco uno, ofrezco otro a mi amiga, pero me dice que no. 

Me lo fumo mientras le cuento cosas aleatorias a Holly, cosas que no me encajan de cómo Brendon se ha comportado siempre conmigo. Supongo que estoy dentro de la fase de negación.

-Hay muchas cosas que no tienen sentido- sentencia- pero no las vas a solucionar en una noche. Date tiempo a que se te curen las heridas y ve si te conviene hablar las cosas con él para echar el cierre. 

Siento como un pinchazo en el estómago al recordar que todo lo mío con Brendon se ha acabado.

-Creo que sé qué debo hacer para cambiar de aires. Pirarme a Barcelona una semana lo antes posible, a la siguiente ya hay preparación de la temporada en el trabajo. Supongo que volver a quién era yo antes de Londres me va a servir de algo. 


Victorious (Brendon Urie y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora