❝Sabrina❞
Las mañanas camino al instituto eran muy tranquilos, auriculares puestos y a todo volumen, y probablemente saliendo de estos la maravillosa voz de Blackbear. También sería muy probable que estuviera sonando Anxiety, a dueto con un tal FRND, no lo sé, Snaptube tiene cierto límite de letras y no completó el apellido. Como también puede que estuviese sonando Throne, de Bring Me The Horizon, eran dos de mis canciones favoritas.
Gracias a Dios, aquellos días de tortura habían terminado y anunciaron vacaciones por cuatro largos y hermosos meses. Cuatro meses en los que comí como cerda, dormí, miré series en Netflix qhasta decir basta, salí con mis amigos, entré a un gimnasio (para bajar los kilos de grasa que subí por comer como cerda y compré mi celular, por fin, luego de un año y varios meses sin uno es la gloria.
Pero esta mañana no, era el retorno a clases. Último año en que vería a mi crush a diario sin hablarle. Lo único que me alegraba de la situación era que no volvería a pisar la cárcel. Claro, luego la universidad, eso es el calvario. Mi teléfono no cargó bien por ende el despertador no sonó. Rayos, rayos, rayos. Encima de eso no dormí bien, tuve una pesadilla de esas que te calan hasta los huesos. Miro la hora, 6.10 am. Me tengo que mover rápido, tengo que estar a las 7.00 am, ni un minuto más.
Sin perder tiempo, salgo de entre las sábanas, las cuales para mi mala suerte estaban enredadas entre mis pies dando como resultado a Sabrina de bruces al piso -La madre... ¡Ugh! -me levanté con cierto enojo conmigo misma por ser tan idiota en la vida. Entro al baño a toda pastilla, dándome una ducha rápida, en ésta aprovecho de lavar mis dientes, con cuidado, tampoco vaya a ser que me ahogue. Créanme, soy tan idiota que ya me ha pasado.
Salgo del baño envuelta en dos toallas, una en el cabello y otra envuelta en mi cuerpo hasta las rodillas. Saco rápidamente mi uniforme y el secador de cabello. Me pongo encima las prendas lisas y los tenis que van a juego con el uniforme. Mientras seco mi cabello lo más rápido posible examino como luzco. No estaba mal, la camiseta azul con el logo del instituto a un lado, el pantalón de gabardina negro, el cinturón negro bien colocado y ajustado, los tenis limpios y claro, no puede faltar las medias, una de un par y la otra de otro, típico de mí. Agradecía todo el tiempo que los tenis son cerrados y no se nota mi descuido. Decidí no llevar el hoodie hoy pues se veía un soleado y hermoso día. Bah, ¡Patrañas! Quería un cambio, era mi último año, no pensaba llevármelo lo que resta del año. Aparte, los días en el gimnasio me habían hecho bien.
Una vez mi cabello seco, lo até en una cola alta un poco mal hecha, de tal forma que algunos cabellos caían a cada lado de mi rostro. Tomé mi bolso con los libros correspondientes y mi celular con el cargador portátil, lo metí todo en el bolso y salgo de mi habitación como todo lo demás, rápidamente.
- ¡Sab! ¡Tú desayuno! -mi abuela, acaba de llevar a mis hermanos a su colegio y ya estaba de vuelta.
-Abu, no tengo tiempo, es tarde -repliqué, tomando la pequeña bandeja con tapa metiéndola a mi bolso también, agarré algunos billetes que me dio y los metí en el bolsillo.
-Vamos, te llevo -se metió nuevamente en el auto y yo del otro lado. ¿Qué es no amar a mi abuela?
❝✧❞
❝Matthew❞.
Llegué al instituto y como siempre, me dirijo hacia mis amigos rápidamente. Mi hermano me seguía, es un año menor pero se lleva de maravilla con mis amigos y ellos con él.
- ¡Matty! -Chillaron detrás de mí. Al coco. Madison por favor, no.
Cerré mis ojos con fuerza en una mueca de fastidio, a lo que mis amigos rieron a carcajadas junto con mi hermano. Me volteo con la sonrisa más falsa en el mundo.
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Siempre te protegeré.
Short StorySabrina siempre está rodeada de sus mejores amigos luego de que su madre se fue con su padrastro. Azul y Gabriel son sus mejores amigos, y estos dos son nosvios. Ella se vé en ciertos problemas cuando Ángela quiere entrar de nuevo en su vida, no sab...