LA SALA 24

637 47 1
                                    

Pasaron varias horas.
Algunos pacientes graves, enfermeras preguntándome que hacía ahí solo tan tarde y de nuevo el silencio impenetrable.

Llegué a un punto en el que no podía aguantar más. En el que me había cansado de dar vueltas de un lado para otro nervioso.

Revisé en mi mente los pasillos. La habitacion.

"Sala 24, segundo piso. Ala oeste"

Agarré mi chaqueta y salí sin llamar la atencion.

"Solo las una menos diez... "- pensé mirando el reloj de la farmacia junto al hospital.

"¿Estará bien? "- Casi me volví loco pensando que le había pasado algo. Podría haber muerto y yo solo me quedé ahí sentado.

Sin darme cuenta ya me había enganchado a un saliente de una ventana.

Escale por las ventanas en las que las luces estaban apagados para que no me viesen. Calculé más o menos donde estaba la 24 y me enganché al saliente.

Abrí la ventana, que por suerte no estaba cerrada, con cuidado y lentamente me colé en la habitación volviendo a cerrarla.

La sala no estaba completamente eoscura. La luz de la Luna ayudaba bastante. Unas sillas a un lado. Un pitido estresante de fondo y la camilla.

Me acerqué a ella con sigilo y la observé expulsando el aire frío que estaba conteniendo en mis pulmones.

Dormía tranquilamente con el rostei lleno de completa paz y naturalidad. La misma cara que ponía al meditar. Sin saber por qué eso me tranquilizó al instante.

Me senté en una de las sillas junto a la camilla sin apartar la vista de Rachel. Y me permití mirarla. Observar cómo la luz de la Luna reflejada en su pálida piel y pelo. Tragé saliva aparté los pensamientos que estaban empezando a fluir sin colador por su mente.

El simple hecho de que su pecho subía y bajaba lentamente me hizo sentir mejor. Estaba viva.

Una sonrisa se escapó de mis labios.

-¿Podrías dejar de mirarme? Es un tanto extraño.

Abrí los ojos estupefacto y me preguntetsi lo había imaginado. Pero no. Había vito perfectamente cómo su finos labios de habían movido.

-Estoy despierta. No es una alucinación.

"Mierda"

SALIENDO DEL CAPARAZÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora