Capítulo 22

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   -¿Cómo ha sido tu día? -le pregunté a Max mientras alimentaba a Sam.
-Lindo. -respondió sonriendo. -¿Y el tuyo?
-Ya en serio, ¿Porque estás mal? -le dije con cara de incredibilidad.
-¿Por qué dices que estoy mal? –me preguntó intrigado.
-Puedo ver en tus ojos el dolor. Puedes mentir con una sonrisa, pero nunca podrás cambiar el dolor reflejado en tus ojos. Los ojos nunca mienten. -le dije profundamente, y volví a hablar luego de una pausa. -Aparte te escuché llorar en el baño. -sonreí.
Cualquier persona podría actuar todo lo que quisiera pero si alguien en serio le prestara atención a sus ojos, sería en vano. Ellos te delatarían.
   Aunque sinceramente, en ese momento, yo no veía diferente a Max. Sino hubiera sido porque lo escuche llorar posiblemente no lo hubiera notado. Era buen actor.

A él se le cayó una lágrima, y luego otra. Pero pudo contenerlas, aunque a veces es mejor desahogarse para no explotar.
-Anna terminó conmigo. -dijo desesperado.
-¿Por qué lo hizo? -pregunté.
No sabía cómo actuar en momentos así. Nunca me había pasado, ¿qué debía hacer? Nunca había estado allí para alguien, y nunca nadie había estado allí para mí.
-No lo sé. -dijo indignado. -Simplemente… lo hizo.
Lo abracé. En varios libros que he leído dice que eso te hace sentir mejor. Así que lo intente. Max comenzó a llorar cada vez más, creo que no lo estaba haciendo bien.
-Ve, vístete bien, cómprale unas flores y dile que es un error, que ustedes tienen que estar juntos. -dije sin pensar demasiado.
-¿De qué hablas? ¿Y si me rechaza, de nuevo? -preguntó.
-¿Y si no lo hace? -esas palabras salieron de mi sin pensar, como si estuviera esperando ese momento.
Él no dijo nada, ni siquiera se movió.
-Vamos hombre. -dije empujándolo hacia la puerta. -Yo te apoyo al cien por cien… ella ni siquiera te dio una razón, ¿o sí?
-Josh, yo soy una persona muy orgullosa. No puedo ir a rogarle que no se vaya, que no me deje, que me ame. -dijo frenándose.
-Conozco muchas personas iguales a ti, ¿sabes?
   -Lo sé, está mal ser así.
   -No, no creo que este mal. -dije pensando las palabras que iba a utilizar. -Solo creo que yo preferiría perder el orgullo por algunas personas antes que perder a algunas personas por orgullo. Creo que por intentarlo no pasa nada, y en una de esas, si pasa algo, va a ser algo bueno.
-Pero…
-¿Prefieres perderla pero conservar tu orgullo? ¿Eso es lo que quieres? -dije en tono fuerte ya un poco insistente.
   -No, solo quiero…-dijo mientras pensaba. -Solo la quiero a ella. -dijo de nuevo triste.
   -¿Y entonces?
   Se quedó un rato pensando, con los ojos llorosos, y luego convencido volvió a hablar.
   -Tienes razón. La voy a recuperar, ahora, ya.
Lo acompañe hacia la puerta.
-Creo que debo ir solo, ¿puede ser?
-Obvio, ve a comprarle flores a tu novia.
-Todavía no es mi novia. -comentó.
-Pero para cuando vuelvas lo será. -le dije guiñándole el ojo mientras se alejaba.
Ya era de noche, pensé en esperar a Max para comer, pero él nunca volvió.
Habían dos opciones: O lo raptaron y estaba siendo brutalmente torturado o Anna había aceptado sus flores y estaba teniendo intimidad con ella. O era la peor noche de su vida o era la mejor.
Pero mi conciencia me dejó dormir tranquilo, así que creo que era la segunda.

De eso se trata.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora