A NORMAL DAY II

Día de los inocentes

―¡Park Jimin, te voy a matar!

Jimin, quien estaba a su lado y riendo bajito, terminó por desparramarse en el suelo, soltando largas y estruendosas carcajadas que llamaron la atención de todos, incluso de Namjoon y Hoseok, quienes estaban en el centro de la sala practicando un paso de la coreografía que el más alto aún no se aprendía.

El suave tono de llamada del celular de Jimin interrumpió los nuevos reclamos del mayor de los siete, quien seguía rumiando por lo bajo mientras escribía en su celular a toda velocidad. Jimin no tardó en contestar, a lo que la gruesa voz de Yoongi se dejó escuchar en toda la habitación.

―¿Me pueden decir dónde demonios he estado viviendo yo que recién ahora me vengo a enterar que Jin hyung y Nam están saliendo desde hace un año?

Y Jimin volvió a colapsar en carcajadas mientras Jin volvía a rumiar en descontento y Namjoon abría los ojos con clara confusión. Hoseok y Jungkook no tardaron en unirse a las carcajadas y él, mientras, buscó con rapidez en su móvil, admirando el último Tweet en el que "confirmaban" la relación del Namjin.

―Vale, chicos, creo que deberían echarle un vistazo a los tweets del momento ― siguió Yoongi desde el altavoz ―. "¡Yah, el Namjin por fin se confirma!" "¡El mejor día de mi vida. Ayuda!" ― remedó, riendo ―. ¿Cómo uno puede producir en paz cuando el twitter está tan candente?

―¡Ah, Yoongi-ah! ¡Detente!

―¿Quién puso lo de la relación? ― gruñó Namjoon desde una esquina, mientras miraba su teléfono con el ceño fruncido.

Negó, aún riendo mientras Jimin se secaba las lágrimas y alzaba su mano como si fuera el mejor logro de su vida. Namjoon rodó los ojos y Jin volvió a mascullar. Sabía que no estaban tan molestos como dejaban ver, a fin de cuentas, Jimin siempre los fastidiaba con ese tema.

Apartando su atención del barullo que mantenía Jin, ahora que Jungkook y Jimin no dejaban de atosigarlo, se fijó en donde Hoseok seguía de pie, ya completamente ajeno a las bromas de los demás mientras practicaba uno de los pasos de la coreografía que aún ninguno de los siete se sabía.

Sin perder el tiempo, terminó de escribir en el fancafé antes de abandonar su móvil a un lado de Jimin y levantarse, caminando hacia donde el rapero seguía sumido en su baile.

―Hoseokie, eres tan genial ― alabó, sonriendo. El mayor le guiñó un ojo a través del espejo sin dejar de moverse, por lo que se quedó a su lado, admirándolo con atención.

El delgado cuerpo de Hoseok se desplazaba de un lado al otro con confianza y energía; era como ver una presentación en vivo. Hoseok siempre daba lo mejor de sí, aunque fuera una práctica él siempre se movía como si la vida se le fuera en ello. Quizás eso era lo que más amaba de él, que diera lo mejor de sí hasta en lo más nimio.

Pasando su vista del rostro totalmente concentrado del mayor, se fijó en el fino suéter que llevaba ese día. Un suéter que le había prestado y que le quedaba tan grande que dejaba ver sus marcadas clavículas, así como su fibroso estómago cada vez que saltaba o giraba. Por otro lado, su rojizo cabello oculto bajo el beanie negro y el barbijo bajo su mentón le daban un aspecto casual que, unido al suéter y los jeans oscuros y rotos a la altura de sus tonificados muslos, le sumaban un aire sensual al que era imposible resistirse.

Suspirando con anhelo pensó en lo sexy que era Hoseok sin siquiera proponérselo.

―¡Ey, tierra llamando a Taehyung! ¡Cuidado se te cae la baba!

Sintiendo sus mejillas arder, se giró hacia Jin, quien seguía apuntándolo mientras dirigía sus bramidos a Jimin.

―Un artículo del Vhope hubiese sido mucho mejor ― agregó, aún molesto.