Lagrimas de muchas emociones.

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Espero les guste el primer capítulo de esta historia DaiSuga.

Recomiendo la nota final.

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Koshi abrió sus ojos con dificultad, cuando estos se acostumbraron a la luz que entraba tenuemente por la ventana reconoció el lugar en donde estaba y el pitido de una máquina,  hizo que sus instintos se activaran rápidamente. Con dolor en su cuerpo y con mucha dificultad se sentó, miró su aún abultado vientre que evidenciaba su estado de embarazo, pero su instinto le gritaba que su pequeño ya no estaba dentro de él,  que su bebé estaba necesitandolo y que estaba solo. Iba a gritar con desespero en busca de ayuda, pero antes la puerta se abrió y dio paso a una joven vestida de blanco. - ¡oh Sugawara-san, ya despertó! - dijo amablemente, la joven enfermera se asustó cuando el peli cenizo se trató de poner de pie.  -¡Mi bebé! ¿¡Dónde está!? - preguntó desesperado.

-Calmese,  se va a lastimar. - exclamó la enfermera tratando de que el joven doncel volviera a su lugar.  De no ser por una fuerte punzada en su abdomen bajo Koshi no hubiera accedido a la petición de quedarse quieto.  Aún así se aferró a la muñeca de la mujer y entre lágrimas preguntó por su bebé. La enfermera sonrió tratando de calmar a su paciente. - esta bien,  es un niño muy fuerte, en estos momentos está en la sala de neonatos, estábamos esperando a que despertara. - aclaró mientras checaba la intravenosa y verifica el estado de la herida producida por la cesaría. -En unos minutos se lo traigo y le diré al joven que lo trajo que puede pasar. -

Suga no pudo decir nada pues no sabia de que joven estaba hablando, trató de hacer memoria,  recordaba estar en el Supermercado haciendo compras pues su dispensa estaba careciendo de algunas cosas.  Sus pensamientos se vieron interrumpidos pues un joven bastante alto y con un particular color de cabello entró a su habitación.  -¡Hola, me alegro que estés bien! - dijo enérgicamente y con toda la comodidad se sentó en la silla de visitantes. - casi me matas de un susto cuando resbalaste y no despertabas… - iba a seguir hablando pero al ver que Koshi lo veía sin entender paró.

-EH…¡oh si...la presentación! - exclamó y se puso de pie asustando a koshi quien buscaba con la mirada el botón para llamar a la enfermera.  - Mi nombre es Bokuto Kotarou. Tengo 28 años y soy contador. - terminó de decir haciendo una pequeña reverencia. - Estaba en el Super cuando vi como resbalaste con algo y te golpeaste la cabeza y tu vientre.  Llamamos a la ambulancia y me ofrecí a acompañarte. - terminó de hablar y al no recibir respuesta se incomodo un poco. - Creo… Creo que es mejor si me voy… - susurró.

-Ah… Noo.. Digo… Mmm gracias. - dijo koshi nervioso,  la verdad, la actitud de Kotaro era rara pero se veía que era una buena persona.

Los dos jóvenes miraron a la puerta cuando la enfermera entró nuevamente solo que esta vez con un pequeño bulto en brazos,  el corazón de Koshi se detuvo y se acomodó en la cama. - Aquí está tu mami… - dijo la enfermera al bebé para luego entregárselo y acomodarlo. El doncel no pudo contener las lágrimas al ver a su pequeño hijo, lo descubrió un poco y lo observó,  contó los deditos de sus diminutas manos y los deditos de sus piecitos. Kotaro se acercó lo suficiente para observar al infante. - es muy lindo. - le dijo a koshi quien asintió.

Nuevamente alguién entró. -El golpe no lo afectó en absoluto,  solo adelantó el parto. - aclaró un hombre bastante maduro y de cabellos rubios mientras miraba la tablilla de Koshi.  - tu cabeza también está bien. Solo debes mantener reposo. - revisó la cabeza y demás signos de Koshi.

-Mañana podrá llevarlo a casa para que descanse, su esposo e hijo son muy valientes.  - dijo el doctor viendo a Bokuto.

Este por su parte se sorprendió. - Yo… Yo no. -  movió sus manos tratando de aclarar pero los nervios no lo dejaron.

Me cuesta olvidarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora