Capítulo 3 - ¿Quién eres?

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Sábado por la noche, miro con cautela la puerta de la tienda de conveniencia, ya casi es la hora de encontrarme con Roy, por alguna razón estoy nervioso, no sé qué pasará.

Entro por la puerta casualmente, y de pronto siento un rugido venir de mi estómago, tenía hambre, así que comprare una sopa instantánea igual que la última vez.

Con mi sopa instantánea en la mano me dirijo a la mesa.

Roy aún no ha llegado así que de pronto me invade una sensación de morbo extraña y me doy cuenta de que quiero sentarme en su lugar una vez más, y así lo hice.

Me senté y comprobé una vez más que la vista era gloriosa.

Cerré los ojos y eche mi cabeza hacia atrás para relajarme en la silla.

Pasan un par de minutos.

De la nada mi tranquilidad se ve frustrada por el irritante sonido de una voz masculina.

-Alex ¿Qué haces en mi lugar?

Abro los ojos y veo a Roy con su sonrisa engreída mirándome con prepotencia.

-Ho...si, lo siento... lo olvidé...creo.

Me levanto de la silla y me pongo en el mismo lugar que la última vez que estuve aquí.

Roy se sienta en su lugar y adopta una posición de chico genial pasando su brazo por detrás del respaldo de la silla.

-Dejemos las formalidades y vayamos directo al punto Alex –Dijo con desdén- ¿Cómo te fue con la pequeña tarea que te asigne?

-Supongo que bien, pero antes de contarte quiero saber algo Roy.

-¿Qué quieres saber?

-¿Quiero saber la verdadera razón por la cual me pediste que hiciera esto?

Roy dio un suspiro y dibujó una mueca de disgusto sin dejar de sonreir.

-Mira Alex, sé que todo esto ha sido muy raro así que voy a ser honesto contigo, en realidad te pedí que hicieras esto por dos razones. La primera Razón es que esa chica me parece una candidata perfecta.

-¿Candidata para qué?

-¡Para ser tu novia! –Dijo mientras se reía- En realidad te estoy haciendo un favor, te vez muy triste y aburrido, claramente te hace falta una novia.

-¡Vamos Roy no bromees! –Conteste indignado.

-¡Ok, ok! No te enojes Alex, aunque te parezca difícil de creer estoy hablando en serio. Me caíste bien y creí que tú y ella harían linda pareja.

Su insinuacion provoco que me sonrojara de vergüenza y el continuó burlandose de mi.

-¡Ho! Y por lo que veo si te gusta.

Mientras reía se me venían a la mente mil maneras de asesinarlo.

Una vez que Roy se cansó de reirse volvió a su tono tranquilo y continuó hablando.

-Y bueno, la otra razón por la que te pedí que lo hicieras es porque como te mencione, ella se parece mucho a una persona que conocí en el pasado, una chica muy lista y por eso mismo era observadora y siempre encontraba las cosas misteriosas y extrañas.

Efectivamente, parece que de alguna manera está describiendo a Alice.

-Bien ¿Y que con eso?

-Pues veras. Si es cierto que esa chica tiene la misma habilidad que aquella persona que te menciono entonces lo más probable es que lo que sea que ella este observando es extraño e interesante y yo estoy interesado en todo lo que pasa en esta ciudad, más aún si es extraño.

Por más que me duela admitirlo, Roy acertó en su teoría y Alice acertó en su hipótesis, Roy estaba comparando su comportamiento con el de otra persona, pero ahora se el porqué, o al menos creo entenderlo.

-Sí, de hecho tienes razón Roy, ella estaba observando algo raro.

-¿Qué era? –Pregunto mientras se acercó más hacia mí con impaciencia

-Alice dijo que...

-¡Ho! Se llama Alice, perfecto –Interrumpió

-Sí, su nombre es Alice Or-sweet, y es la representante de mi clase.

-¿Or-sweet? Que apellido tan peculiar. Continua.

-Ella dijo que estaba preocupada porque todos los viernes a la misma hora un tipo sube a la enorme puerta metálica del monte Magno como si estuviera planeando como abrirla.

En ese momento, por primera vez Roy borro la sonrisa de su rostro y hubo un silencio total.

Me quede frio. El hecho de que ver por primera vez a Roy romper con su papel de cretino me hizo entnderder que algo verdaderamente malo estaba pasando.

-Ya veo –Dijo Roy con un todo de seriedad casi anti natural- Me temo que tendré que confirmar la hipótesis de tu amiga diciéndote que si está sucediendo lo que yo creo que está sucediendo es una situación alarmante.

Me quede en silencio por un instante.

-Pero ¿Por qué? Roy ¿Tu sabes lo que hay tras esa puerta?

-Sí, si lo sé –Contesto de golpe.

-¿Qué es?

Roy me miró fijamente.

-Es una puerta al pasado

-¿He? A que te refieres.

-Creo que lo entenderás mejor si lo vez por ti mismo

-Ahora definitivamente en entiendo menos.

-Alex intercambiemos números, voy a necesitar de tu ayuda

-¿Qué? ¿Ayuda para qué? Y ¿Por qué yo? ¡No soy muy listo!

-Ya sé que no eres listo y no necesito a alguien listo, necesito a alguien confiable y el hecho de que hayas venido aquí esta noche me indica que lo eres –Dijo mientras me sonreía- Además no creo que tengas nada mejor que hacer.

-¡Demonios Roy, tu solo me dejas con más preguntas que respuestas! Antes de todo esto dime quien eres realmente ¿A qué te dedicas? ¿Dónde vives?

-¿Quién soy yo? No lo sé Alex, para ti yo puedo ser quien sea, tengo el potencial para serlo todo, puedo ser tu amigo, tu enemigo, tu conocido, tu héroe, tu ejemplo a seguir, tu mal ejemplo, o un simple tipo raro que conociste en una tienda de conveniencia, las posibilidades son infinitas ¿Quién soy yo para ti Alex?.

-¡No entendí nada de lo que dijiste pero eso no responde mis preguntas! –Grite con ira.

-Alex me encantaría quedarme a responder todas tus dudas pero si lo que me cuentas es cierto tengo que salir corriendo de aquí. Así que solo intercambiemos números y me pondré en contacto contigo en cuanto pueda.

Realmente no sé por qué hago esto, pensé mientras intercambiaba números con él.

-Gracias Alex, me mantendré en contacto contigo.

Roy se levantó del asiento y salió corriendo de la tienda.

En ese momento mi irá creció aún más. No solamente me quede con más preguntas que respuestas, si no que mi intención de alejarme de él fue un total fracaso. De alguna manera ahora lo tengo más cerca. Y para colmo, me percaté de que dejé enfriar la sopa que compre y ni siquiera la toque.

Fue una mala noche en todos los sentidos.

Llegue a mi casa y me tire en la cama completamente exhausto y frustrado.

Lo curioso de todo este asunto es que la razón de mi frustración es porque ahora solo tengo más curiosidad por Roy y esa puerta de metal.

Las preguntas inundaban mi mente mientras poco a poco me ganaba el sueño.


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