Killer

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Frascos... De una mano a otra, pasaba por miles de frascos, unos llenos de sangre, otros con huesos y finalmente algunos repletos de hierbas.

Corrí hasta la estantería y mire al polvoriento libro cuya tapa estaba compuesta de las muchas pieles de cada monstruo que habita el planeta tierra y sin embargo, el olor nunca fue desagradable, sople la cubierta del libro de los condenados será mi aliado sólo un día más.

Comencé a recorrer cada una de las páginas del libro, y bueno, que me encuentre en el sitio más seguro del mundo no quiere decir que no pueda o deba protegerlo más.

Sobre leí los ingredientes y aplaste las osamentas de cabra, mezcle con espino e hinojo, con un puñal corte mi palma y vertí la cantidad de sangre que necesitaba, con unas cuantas vendas cerré la herida, y  mezclé lo mejor que pude todo el brebaje.

Me acerqué a las paredes y talle los diferentes símbolos que alejarían demonios y ángeles, ¡Absolutamente nadie entraría aquí nunca, de por sí las runas talladas hacían que el búnker fuera incapaz de ser localizado por algo o alguien.

Más tarde cuando camino por la calle, ellos susurran mi nombre, cubren sus espaldas, seguramente es atemorizante saber que entre ellos hay un asesino, algunos se ven al espejo, pensando que es muy fácil hacer lo que hago, que es muy sencillo manejar a un ente sobrenatural, tsk, si quieren ser una piedra que sea original.

Soy conocido por el nombre de monster hunter.

Bienvenido a la monster plaza Min Yoon Gi está preparado para recibir aquello que sea una amenaza, abran los ojos y griten fuerte, apunten firme a la frente, destruyan todo aquello que malo parezca, y recen porque mañana sea un día nuevo, no querrán enredarse con un trickster.

Días después un pensamiento estúpido invadió mi mente... Por un momento me pregunté que estará haciendo JiMin... Quise saber que será de él, rodé los ojos ante semejante idiotez... 

Yo... pensando en ese imbécil... Si, no pude dejar de pensar en esos labios, en ese esculpido y detallado cuerpo envuelto en ese Slim Fit, me pregunto como se verá sin el, que estoy pensando maldita sea... Joder.

Oh sí...

Aunque no lo pensé, lo dije.

Y aún así sabiendo completamente que era la idea más estúpida del mundo, tome mi ordenador y comencé a teclear el nombre de ese actor, hasta dar con el set de la película que estaba grabando, sin más me dirigí a mi Challenger negro, el cual había dejado en el búnker.

Iba volando cual bólido y de pronto mi cordura tuvo la decencia o desfachatez de volver, que carajo estoy haciendo me pregunte, sin embargo, no era yo, juro que no soy yo, es un maldito impulso que invade mi ser.

Normalmente pienso antes de actuar, y heme aquí como un maldito loco yendo hasta el set, sin siquiera saber como mierda voy a entrar, que estás haciendo Min, me reprendo a mi mismo, sujeto con más fuerza el volante resoplando exasperado por llegar, que coño me está pasando.

Aparque a mi bebé, con cuidado y sigilo me dirijo hacía el set del estudio, por cierto que bien me veo en este traje color vino, mis delgadas pero fuertes piernas son enmarcadas por la costosa tela, más guapo no puedo ser, mis ojos en estos Bentley Platinum me dan ese estilo que cualquier productor puede poseer, bueno, sólo si esto sale de acuerdo a lo planeado, claro está.

El conocer a ese chiquillo me ha devuelto las ganas de vivir... Luchar nuevamente, me siento vivo otra vez, vuelvo a ser el hombre de veinticuatro que soy.

Sonrío.

Camino con ese swag que me caracteriza haciendo que las personas volteen a verme preguntando quien es ese bombón, lo sé... Soy irresistible, lamo mis labios, y dirijo mi larga mano hacia mi cabello, de inmediato una chica que supongo que es la asistente de alguien, se me acerca, es muy mona la tipa, sin embargo, yo tengo a otro rondando en mi mente, con mi lengua tecnologíca envolví de inmediato a ese ser indefenso.

My Perfect Hell Donde viven las historias. Descúbrelo ahora