Capitulo 18

3.8K 192 9
                                    

— ¿Señorita?, ¿señorita está bien?

La chica a lo lejos escuchaba esa voz, ya no quería sufrir más, quería desaparecer.

— ¡Llamen a una ambulancia por favor!

El desconocido gritaba pidiendo ayuda, algunas personas llegaban otras pasaban de largo en esa oscura noche, hasta que una señora paró y llamaron a la ambulancia.

— Busca su teléfono. Podremos avisarle a alguien.

Al encenderlo el señor encontró un sin fin de llamadas y una entrante, este contestó.

— Hola.

— Hola ¿quien es usted?

— Mi nombre es Jorge, la chica dueña de este teléfono ha perdido el conocimiento, pronto vendrá la ambulancia.

— ¿Aly?

— Eso creo, déjeme ver.

El hombre buscaba alguna información hasta encontrar unos papeles en el que figuraba su nombre.

— ¿Alyssa Rose Morgan?

— Si es ella.

— En este momento la llevarán al hospital.

— Gracias por llamar señor.

— Descuide.

La llamada cortó, la ambulancia se llevaba a la chica al hospital, aún sin querer despertar.

— Buenos días señorita Morgan, ¿cómo se siente?

— ¿Que ha pasado?

— Perdió el conocimiento en la calle, una ambulancia la ha traído aquí ayer en la noche.

— Me duele la cabeza.

— Es normal, cuando se desmayó cayó al suelo y se golpeó la cabeza, tome las pastillas que están en la mesa y se le pasará.

— Gracias doctor.

— Por cierto, alguien ha venido a buscarla varias veces, ¿le digo que pase?

La chica dudaba temiendo encontrarse con quien mas deseaba, pero no quería ver.

— Si por favor.

— Bien.

El doctor salió, tiempo después entro alguien.

— ¿Aly?

— ¿Sarah?

— Hermana al fin te encuentro. ¿Que diablos te pasó?

— Perdí el conocimiento...

— ¿Por qué?

— No lo se...

— ¿Te ha pasado algo?, ¿te hicieron algo?

Dudó, no sabia si contarle todo, esperar o sólo olvidar.

— Si te lo contara tendría que matarte.

— Alyssa Rose Morgan, cuéntamelo todo, te has desaparecido, mi padre ha preguntado por ti.

— ¿Como ha estado?

Su padre. Su amado padre, se había olvidado de él, el pobre señor enfermo.

— Días buenos y días malos. No evadas.

— Bien te lo contaré.

La chica empezó a hablar, contando cada detalle, desde el principio hasta el fin. Contando cada momento, cada beso, cada risa, cada coqueteo, cada problema, cada enojo. Hasta llegar a la parte de la despedida...

Mi Jefe y Yo  ¿Un amor prohibido?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora