Entre Rosas Y Espinas [Disney Descendientes/Carlos De Vil] LPDA3

Capítulo 3. "Algo falta".

Chip y Carlos compartieron miradas con una cierta tensión por unos segundos, hasta que el chico de cabello bicolor se volvió a sus dos amigos.

—¿Pueden dejarnos solos, chicos? —les dijo a ambos— Necesito atender esto.

Dan y Jace se miraron mutuamente, no tan felices o convencidos por lo que acababan de escuchar, pero finalmente asistieron a regañadientes y se fueron hacia a las escaleras de una manera bastante incómoda.

—Estaremos arriba... por si necesitan algo —dijo Jace antes de ser empujado por Dan para terminar de salir del sótano.

Chip miró como los hijos de los secuaces dejaban la habitación. Y cuando por fin lo hicieron, se volvió de vuelta a Carlos.

—Chip, yo... —dijo Carlos de manera seria luego de unos segundos de silencio.

—¿¡Cómo es que dejaron que se la llevaran!? —casi gritó el rubio, el rostro del chico frente de Carlos era duro y serio, pero sus ojos azules reflejaban una mezcla de tristeza y rabia.

Era extraño luego de estar acostumbrado siempre ver un rostro amigable en el rostro de Chip Potts, observar ese lado suyo. Carlos pensaba en la mejor forma de calmarlo,

—Tú... —dijo Chip mirándolo fijamente y acercándose a Carlos rápidamente por el lugar—Tú me prometiste que la protegerías.

Y antes de que el chico De Vil se diera cuenta, el muchacho le había tomado del cuello de su chaleco y lo levantó con una fuerza extraordinaria, ahora estaba en una manera amenazante y lo tenía en contra una pared de manera fuerte.

—Yo confié en ti para que la cuidaras —gruñó el rubio, sin embargo, su voz se habia quebrado al decir aquello—. ¡Confié en ti para que estuvieras con ella!.

Por un momento Carlos pensó que Chip iba a golpearlo, pero no era así. El rubio sólo lo miró con rabia y los ojos aguados, había algo de decepción y dolor en su mirada.

Carlos podía entender su situación por completo, Chip estaba asustado en aquel momento, lo cual era bastante comprensible para el chico De Vil.

Sin embargo, el chico no hizo nada para salirse del agarre del rubio. Sólo le miró a los ojos fijamente.

Quería saber que reacción tendría Chip.

Un segundo pasó cuando la mirada del chico mayor cambió por completo, su mirada de torno de asombro y extrañeza, y se sacudió un poco para quitarse el escalofrío que de repente le recorría la espalda. La mano de Chip tembló y dejó soltar a Carlos, quien cayó de pie frente a él.

—¿Pero qué...? —murmuró Chip, claramente incómodo.

El chico miraba su mano, estaba extrañado, sin poder entender que había pasado. Fue entonces que dio una mirada a donde el chico De Vil estaba, y su cara volvió a cambiar a una de nervios. Dándose cuenta por fin que había algo más con Carlos.

El chico de cabello bicolor no sabía decir exactamente como era que se daban cuenta los que los rodeaban que algo había pasado, pero todos le decían que lo más parecido era un una especie de aura pesada que lo rodeaba y que podían notar con la vista cuando prestaban atención. Carlos no la notaba, no era capaz de aquello, pero todos decían que ahí estaba.

—¿Qué te pasó? —murmuró el rubio todavía sin soltar su mano., claramente ya lo habia captado.

—¿No terminaste de escuchar la historia completa, verdad? —le dijo a Chip.

El rubio bajó la mirada, ésta vez metiendo las manos en la chaqueta de cuero que trajo de la isla de los perdidos.

—No... —admitió, sintiéndose algo apenado.