Capítulo 4

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Narra Guido
Bese su mejilla suave, debía irme ahora.
—nos vemos mañana, descansa ¿si? No quiero que te desveles— lo último fue como una especie de regaño disimulado, sonrio y me dejo marchar.
Conduciendo en mi Mustang, oí mi teléfono sonando. Espere al semáforo y atendí la llamada. Para poder manejar tranquilo active el altavoz y coloque el aparato en el hueco entre el freno de manos y la palanca de cambio. //Llamada// Guido: decime Bro.
Gaston: ya estoy en mi casa.
Guido: ¡en Argentina! ¿porque mierda no avisas asi te voy a buscar boludo?.
Gaston: no avise por que sabia de la reunión ¿como estuvo eso?.
Guido: me hubieras avisado igual…¡ja! No sabes ¡Patricio se borró durante toda la reunión! Me fume a los monos trajeados con Agus que me hizo la gamba.
Gaston: ¿¡que!? ¿a donde estaba? ¿te dijo algo?.
Guido: ¿te pensas que me va a decir algo? Me fue con cualquiera y cambio el tema.
Gaston: bue, ya lo agarrare yo, no te preocupes. Mañana nos vemos en el aeropuerto.
Guido: dale, abrazo.
Gaston: otro, nos vemos. //fin llamada// Narra Marielle
21:00 hs en punto llego mi prima, aquella había cambiado poco, lucía bastante distinta de como la recordaba.
—estas hermosa— dije separando los brazos para abrazarla.
—vos también, el cambio de ciudad te sentó muy bien— dijo mirándome de arriba a abajo. Ya no era la chica desprolija que solía ser.
—igual extrañaba mis pagos, me hacia mucha falta el training porteño— respondí inhalando el aire argentino enviciado de magia.
—decime que conociste al pintor— comento ansiosa, la mire alzando una ceja.
—¿a Gaston?— pregunte, a lo que Abril me tomo el brazo e ingreso a la casa.
—¡sii mabela! ¿jodeme que compartieron avión?— nos sentamos en el sillón para que pudiera platicarle todo con lujo de detalles.
—si, estabamos sentados juntos, hablamos todo el viaje...es un hombre muy lindo y habla muy bien— relate con las mejillas rojas.
—¡ay! Viste lo que es, divino...me contaron que esta loco con tus pinturas, le encantaron— me codeaba sonriendo.
—algo me comento sobre eso, como exponemos en la misma sala...fue inevitable— le conté de todas las horas del vuelo. El teléfono comenzo a sonar. Gaston era el remitente...

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