My Evil Tentation •Taehyung My Daddy•

| YO SOY TU DADDY | +18

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Desperté y me encontraba en un avión privado, a mi lado estaba el señor que me fue a ver, pero este estaba dormido. Aproveché el momento y decidí hablarle a una chica que trabajaba para él.

— ¿D-disculpa? -dije tímidamente a una chica muy elegante sentada a mi lado.

— ¿Si?, ¿que desea señorita? - se dirigió a mi muy amable-

— Usted ¿sabe cuánto falta para llegar? -pregunté curiosa y algo deprimida.

— Mm....falta, media hora señorita -sonríe- ¿desea algo más?

— Sí, ¿me podría decir cual es su nombre? -sonreí-

— Solo digame Lin -sonriendo.

Esta chica tenia una sonrisa muy contagiosa.

— Ok, Señorita Lin, de casualidad ¿sabe cómo es el señor Taehyung?

Al preguntarle eso, ella se sonrojó muy rápido y bajó la mirada.

—El señor....Taehyung, es.....muy apuesto, también es muy respetuoso y elegante, tiene unos ojos hermosos y una sonrisa cuadrada que enamoraría a cualquiera.

Al oír su respuesta pensé que es obvio que a ella le gustaba. No parecía ser una mala persona.

— A usted le gusta el señor Taehyung ¿verdad? -le pregunté sonriendo, no podía evitarlo, a ella le salían chispas de los ojos al hablar de él.

— N-no, ¡¿que dice señorita?!, el solo es mi jefe -nerviosa-

—Ok -reí al verla nerviosa.

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Por fin llegamos, después me hicieron subir en otro auto negro y me llevaron a una mansión, era muy grande y linda, pero de todos modos quería volver a mi hogar.

— Pase señorita..-dijo uno de los tipos con traje sediendome el paso-

— -asentí-!!Woo!!, que lindo lugar -dije en voz baja admirando la mansión-

—¿Oh? ¡Ya están aquí!

Escuché una voz muy varonil que me ponía los pelos de punta, al girar mi cabeza pude ver a un chico alto, con su cabello oscuro y algo mojado, una sonrisa cuadrada muy hermosa y una camisa fina que dejaba a la vista una parte de su pecho.

— Tú debes ser t/n..-sonrie-

— S-si, soy yo. -nerviosa-

— Yo soy Taehyung, o me puedes decir Tae -besó mi mano- Un gusto.

Al principio pensé que él era el hijo del señor Taehyung, ya que este chico era muy joven para que lo llamen como un señor, al parecer tiene unos 23 o tal vez menos.

Me sonroje al sentir el contacto de sus cálidos labios en mi mano.

— E-el gusto es mío -respondí tímida.

El Miró al señor que me trajo.

— ¿Nos puede dejar solos?