La Hija de Bills

Capítulo 1: ~Los Hijos Primogenitos~

Hogar del Dios Destructor...

–¡¡Te E Dichos Más De Mil Veces Que No Te Subas A Mi Sofá Favorito...!! –grito un grato lampiño a todo pulmón desconcentrado al ángel y a su hijo de una meditación–

El ángel de nombre Wiss, miró hasta la morada donde su amo se hallaba gritando. Al principio suspiro frustrado, pero luego miro a su hijo con una sonrisa...

–Muy bien, Perseo, podemos seguir con la clase otro día –le dijo a su hijo con una calma tan serena y este solo sonrió y asintió–

–Muy bien padre... –le dijo también con una gran serenidad. Ambos se levantaron de dónde estaban sentados y con una técnica desaparecieron para luego aparecer dentro de la morada–

Al llegar se encontraron con una escena muy casual. La joven diosa de la destrucción acostada en el sofá del dios mayor en posición como un gato mientras que el otro gato lampiño y de color morado la observaba fulminando-la con la mirada

–Señor Bills... –nombro al gato mayor el cual lo observo serio– ¿¿Cual es el problema...??

–¿¿Cómo que cual es el problema...?? ¡¡¿Qué acaso no vez?!! ¡¡Esta Mocosa Está En Mi Sofá Llenándolo De Pelo!! –grito nuevamente haciendo que el poco terreno de tierra donde habitaban se moviera, uno se asustaría pero Wiss y Perseo siguieron aún tranquilos como si nada pasará–

–Ya veo... Perseo, lleva a la joven Cosby hasta sus aposentos –le dijo a su hijo el cual solo asintió a la orden de su padre. Camino hasta donde la joven y la cargo en sus brazos para luego desaparecer e ir hasta los aposentos de la joven– Señor Bills, debe de dejar de hacer escándalo por cosas menores como esas...

–¿¿Cómo...?? ¿¿Acaso estás ciego Wiss...?? Esa mocosa lleno todo mi sofa de pelo –señalo a su sofá el cual tenía pelos de gato blancos. Wiss dando un golpe con su bastón al suelo por arte de magia este se limpio y quedó como nuevo–

–Aunque más no niegue... Esa mocosa de la cual usted habla es su hija –le explicaba pero este no le daba mucho apunte, más se dedicó a sentarse en el sofá y acomodarse– Ella tiene su sangre y es su heredera...

–¿¿Mi heredera...?? Estoy reconsiderando haberla nombrado como mi heredera... –dijo observando el cielo– Siento en su corazón odio y oscuridad Wiss...

–¿¿Y qué planea hacer señor...?? ¿¿Destruirla...?? –

–Para nada, tal vez tú pienses que no siento ni el mínimo amor por esa mocosa... –miro a su ángel– Pero como mi hija, es todo para mí

–Eso si lo sabia señor... –le sonrió– Además, no debe pensar que su hija tiene el corazón lleno de Odio y oscuridad, muy al fondo tiene que haber un poco de amor...

–Desgraciadamente salió muy idéntica a su madre –volvio a mirará al cielo– Betania era muy idéntica que ella...

–Todos extrañamos a la señorita Betania señor, pero es mejor dejar ir el pasado y ver el futuro –lo aconsejó–

–¿¿Si la mandamos lejos...?? A un planeta donde ella pueda recapacitar... –sujirio el dios de la destrucción aún observando al cielo–

–No creo que sea una buena idea señor Bills... –

–¿¿Por qué...?? Después de todo, Persi irá con ella, él podrá cuidarla de todo –le explicó esta vez observando a los ojos de Wiss. Este se quedó pensando en las posibilidades–

Aposentos de Cosby...

Por otro lado, mientras el dios de la Destrucción seguía hablando con su ángel. Persi llegó hasta los aposentos de la joven Cosby, la dejo en su cama y se sentó a su par...

–¿¿Te gusta hacer renegar a tú padre... Verdad Cos'?? -le pregunto, este sabía que ella se estaba haciendo la dormida–

Cosby abrió sus ojos, esos hermosos ojos que ella tenía, celeste mar. Cabello blanco y dos hermosas orejas. Tampoco nos olvidos de una cola sayayin por herencia de su madre.
Miró a su ángel sería pero luego le sonrió...

–¿¿Te cuesta guardar silencio Persi...?? -le pregunto en forma de broma causando que el peli-negro riera-

Perseo era un joven muy atractivo. Sus ojos eran también eran azules. Su piel era pálida. Su cabello negro y más le gustaba usar ropa negra que blanca como su padre...