Querer volar

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Érase una vez, en un reino escondido entre un hermoso bosque que tenia bellísimas rosas color blanco, que decoraban el castillo de una forma única, vivía la reina Valentina. Valentina era una niña con hermosos rizos color bronce, bastante peculiar, Por ende entre el reino se le conocía como "la niña con rizos color bronce"; su confidente, la hija de una de las de servidumbre, le había dicho, que saliendo del bosque y donde se acababa la sabana de rosas blancas, se encontraba un árbol donde estaba una anciana que podía concebir un solo deseo, y solo si este es tan anhelado. Valentina tenía ese deseo tan anhelado que pedía como requisito aquella mujer; se fue esa misma noche en la búsqueda de la anciana que le iba a concebir su deseo de volar, lo quería tan fuerte que haría cualquier cosa que pediría esa mujer, daría una gran cantidad de dinero o hasta su tan amado reino; al ya pasar por el bosque y dejar atrás las hermosas rosas blancas se encuentra con un árbol, se acerca y se da cuenta que bajo de este se encuentra una mujer tirada en el suelo y vieja, igual de vieja que el mismo árbol, con su ropa hecha jirones y su cabellera, ni se diga. Pero al lado de esta mujer se encontraba una caja dorada que ponía en pequeñas piedras color oro, "sueños". Nada mas con la mirada de ilusión de valentina, la mujer andrajosa se dio cuenta a que venia aquella visita de tan peculiar infante, la mujer le hizo una seña de que dejara algo en la caja y la niña que poseía tan cautivante cabello abrió la caja, sus grandes ojos brillaban con deseo y dejo todo el dinero que había traído, la anciana miraba el montón de monedas con aquel brillo en sus ojos. La mujer hizo unos movimientos en sus manos y luego señalo a la niña, después esta se dio media vuelta y desapareció dejando escarcha donde antes ella estaba. Valentina asustada se va corriendo a su castillo, al llegar se encierra en su cuarto, todo pasa por su cabeza como una película y después se da cuenta que la mujer le dio el poder de volar, esta sube a la parte mas alta del castillo y se lanza al precipicio.

La verdad es que Valentina era una niña que sufría de esquizofrenia, su castillo era el hospital donde estaba internada, las rosas blancas eran un recordatorio de todas las sabanas blancas que la habían arropado y, bueno su sueño si lo anhelaba y deseaba de esa forma. Si, ella si salto.

Querer volarWhere stories live. Discover now