My bad boy.

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La alarma sonó temprano en la mañana. Me removí molesto, refunfuñando: no quería levantarme y mucho menos para ir a la escuela. Como no me quedaba de otra, salí de la cama y caminé torpemente hasta el baño.

Después de una buena ducha y secarme el cuerpo y cabello con una toalla, me peiné y volví a mi habitación para empezar a cambiarme. Me puse la corbata alrededor del cuello, sin hacer el nudo todavía, y fui hasta la ventana. De a poco ese hábito, que tenía pocas semanas en mí, se estaba convirtiendo en una obsesión. Abrí la ventana con cuidado y saqué la cabeza y los hombros afuera. Era una fría y soleada mañana.

Miré a la ventana del vecino y ahí estaba él como todos los días: serio, con una expresión de enojo en su rostro. Tenía la camisa abierta y se terminaba de abrochar el cinturón. Dejé que mis ojos pasearan por ese esbelto cuerpo, de piel blanca y tersa que tanto me llamaba la atención. Se acercó al espejo, empezando a abrochar su camisa mientras miraba fijamente su reflejo con expresión neutra.
─ Jongin, apúrate o llegarás tarde...─ dijo mi mamá entrando al cuarto sin golpear, algo que me fastidiaba mucho ─¿Qué haces en la ventana?─ agregó con curiosidad. Me giré para mirarla.
─ Mamá, te pedí que golpearas la puerta antes de entrar─ respondí lo más dulcemente posible para no hacerla enojar por hablarle de esa manera ─Sólo me estaba fijando si hace frío─ finalmente mentí en respuesta a su pregunta.
─ Perdón, hijito─ habló con ternura, como si yo siguiera siendo un nene chiquito. A pesar de mis quince años, a sus ojos todavía era el "bebé de mamá". ─Apúrate a bajar, ya tienes listo tu desayuno─ pidió, saliendo del cuarto y cerrando la puerta tras ella.
─ ¡Gracias!─ grité para que me escuchara.

Inmediatamente volví a la ventana y miré a mi vecino, que ya estaba totalmente vestido. Su madre entró a su habitación y yo me metí adentro de la mía. Esa parte la había visto muchas veces y no me gustaba.
Escuchando los gritos de fondo, me giré hasta quedar de espaldas a la ventana. Terminé de vestirme con un nudo de impotencia en la garganta.


***


Me senté en la mesa de la cocina y desayuné rápidamente mientras mi mamá ordenaba un poco antes de irse a trabajar.

Después de comer todo lo que podía, me acerqué a ella y le di un beso en la mejilla.
─ Ya me voy, ChanYeol y Sehun me esperan─ le expliqué mientras me ponía mi abrigo y me colgaba la mochila al hombro.
─ Que tengas un lindo día, Jongin. Te quiero─ se despidió sacudiendo mi cabello.
─ Yo también te quiero, mamá─ respondí protestando por su gesto.



***





Me encontré con un sonriente ChanYeol y un dormido Sehun a una cuadra del colegio.
─ ¿Cómo están, chicos?─ les pregunté sonriendo.
─ ¡Bien!─ exclamó ChanYeol─ ¡Por fin logré que me compren la guitarra que quería!
─ ¡Qué bien, hyung!─ me puse contento por él: Al menos sus padres le daban algo que él quería.
─ Lleva hablando de eso desde que nos encontramos─ dijo Sehun después de un largo bostezo. Me reí.
─ ¡Es que estoy muy emocionado!─ sonrió ampliamente. Me alegraba ver que sonreía, porque en general su expresión era de tristeza y nostalgia. Ya hacía un año que Kris se había ido, y él seguía intentando superarlo. Supongo que por eso sus padres le compraron la guitarra, para que sonría un poco.
─ Lo sabemos, Channie─ le sonreí─ Vamos que está por sonar la campana.
─ ¡Tienen que conocerla! ¡Es hermosa!─ siguió contando de su nueva adquisición hasta que llegamos al colegio.


***


Caminábamos por los pasillos de la escuela hablando despreocupadamente, cuando sonó el timbre que indicaba el comienzo de clases. ChanYeol se fue a su aula, y Sehun y yo a la nuestra.
Me senté y, disimuladamente, miré su asiento, notando que no estaba. Otra vez se escapó de clases.
Después de un rato, la inquietud por no verlo entrar me estaba volviendo loco y no me permitía prestar atención. Decidido, pero fingiendo normalidad, pedí permiso para ir al baño.

My bad boy [KaiSoo]Where stories live. Discover now