Tu refugio. [A Primera Vista #1] (Matthew Daddario)

11 Todas las estrellas

Em, Matt y Dom están hablando desde hace unos diez minutos sobre un programa de televisión al que han sido invitados, así que me levanto, los dejo que sigan hablando y me retiro unos metros y observo el cielo; un par de minutos después, siento que alguien me rodea desde atrás con sus brazos y no me hace falta darme la vuelta para saber que es Matt quien me abraza, así que me recargo en su pecho, el coloca su cabeza en mi hombro y yo sigo mirando el cielo.

-Si estás mucho tiempo aquí -me dice-, te va a dar frío.

-No si me sigues abrazando de esta manera -le respondo y sonrío y él me besa la mejilla-.

-¿Puedo saber por qué te fuiste? ¿Está todo bien?

-Sí, todo está bien -le digo-, es solo que ustedes platicaban, y bueno, decidí venir a observar. Hace una noche muy bonita como para perdérsela.

Levanta la cabeza de mi hombro y mira al cielo, un momento después siento que refuerza su agarre en mí y me habla al oído.

-"Es solo otra noche, y estoy mirando fijamente a la luna, entonces, veo una estrella y pienso en ti."

Luego me da la vuelta en sus brazos, a si puedo verlo a la cara y yo coloco mis manos en su pecho y luego alrededor de su cuello -aunque tengo que ponerme un poco de puntitas-, lo que me ha dicho antes, es parte de una canción y creo reconocer a cuál pertenece, después continúa y me doy cuenta que es All of the stars de Ed Sheeran -uno de mis artistas favoritos- y más que decirlo, lo canta mientras me mira a los ojos.

-"Así que abre los ojos y mira la forma en la que nuestros horizontes se encuentran, y todas las luces conducirán hacia la noche conmigo. Y sé que estos cielos se romperán, se abrirán, sangrarán, pero nuestros dos corazones creen que todas estas estrellas nos guiarán a casa."

Hace una pausa para respirar y luego dice algo que suena como "Al diablo con la regla" porque un momento después, me está besando ¡Matt me está besando! Y yo me congelo como por... un segundo, y luego le devuelvo el beso.

Eh sido besada muchas veces antes, pero ninguna es comparada con esto. Matt me besa de manera lenta y dulce, como si yo fuera su salvación, y todo es perfecto. Varias veces imaginé cómo sería besarlo, cómo sería el sabor de sus labios y la intensidad con que podría hacerlo, pero la imaginación nunca le hace justicia a la realidad.

No sé por cuánto tiempo estamos así, pero al romper el beso, coloca su frente en la mía y luego al separarnos ambos tenemos una sonrisa que no nos cabe en el rostro.

-Vaya -soy la primera en hablar-, sí que ha durado tu regla de no besarme -eso lo hace reír y abrazarme más fuerte-. Aunque, claro, no es que me queje.

-Yo tampoco me puedo quejar y no creí aguantar más tiempo -me dice-, no si te tengo aquí, así conmigo. Pero el aguantar estas semanas, ha valido la pena.

-Claro que ha valido la pena -le respondo-, pero no vuelvas a hacerme esperar. Ya no creo poder aguantar, no después de esto.

Vuelve a besarme y asumo que con eso me hace saber que él tampoco podría esperar.

Para cuando volvemos a la fogata -o lo que queda de ella-, después de unos cuantos minutos y más besos, Dom y Em ya no están; así que apagamos lo último de la fogata, nos cercioramos que no quede nada en los alrededores que requiera ser guardado y nos deseamos buenas noches; luego cada quien entra a su tienda de acampar.

-No me quiero enterar de lo que ustedes dos han hecho cuando han desaparecido en el bosque -en voz baja es lo que me dice Em en cuanto entro a la tienda y me quito los zapatos e imagino que el comentario es por la sonrisa boba que tengo en el rostro-.