Capitulo 12.

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Benedict entró al laboratorio y Mel  y yo nos quedamos afuera. No me permitían ver a Ariana aún, así que estuve yendo por café a cada momento.

No me había dado cuenta de que al rededor se había formado un tumulto de personas que Katie con ayuda de Fred y Nick se encargaban de mantener a raya junto con el personal de seguridad del hospital.

"Que horrible forma de dar a conocer a tu hija" me decía mi conciencia.

Mi pobre hija, no tenía ni tres años y ya estaba sufriendo la ira del mundo. Yo me sentía horrible, quería morir.

Cuando Benedict salió del laboratorio una hora más tarde, la enfermera nos guio a un cubículo apartado de todo el alboroto.

-Benedict eres un ángel.- le dije con lágrimas en los ojos abrazándolo fuertemente.

-No es nada Alex, hago lo que está en mis manos.- me acariciaba el cabello con ternura.

-¿Te sientes bien? ¿Estas mareado o algo?- le pregunté observándole detenidamente la cara que la tenía más pálida de lo normal.

-Sólo un poco mareado pero eso es normal.

-Toma.- dije dándole unas galletas.- come una por lo menos.- Benedict la tomó y se la metió en la boca. En ese momento llegó el doctor.

-Buenas noches.-saludó.- Hasta ahora, la transfusión va muy bien. Lo que les voy a decir tal vez sea bastante preocupante.

Me retorcí las manos debido a la angustia y miedo que sentía. Sentí a Benedict rodearme con un brazo y lo agradecí.

-Cómo deben saber, la leucemia es cáncer en la sangre y todo viene desde la médula. Estuvimos analizando el caso y traduciéndolo, es como si tuviera un tumor de dos kilos en su sistema.

Me derrumbé en ese momento. Empecé llorar desconsoladamente y escuché a Mel hacer lo mismo. Benedict me tomó por los hombros y me sentó en la camilla vacía. Yo me apachurraba el corazón debido al dolor que sentía. Mi hija, mi única hija estaba muriendo.

-¿Qué sigue después de aquí Doctor?- preguntó Benedict al momento en que se acercaba a él.

-Bueno, lo siguiente es hacer un trasplante de médula y seguir con quimioterapias.

-De acuerdo. ¿Qué necesito para ser donador?- preguntó interesado y yo de lo agradecí con todo mi corazón.

-Bueno, inicialmente hacemos exámenes a ambos padres así que supongo que usted es altamente compatible.

-No, lo siento. Él no es el padre.- dije poniéndome de pie y acercándome a ellos.- por favor hágame todos los estudios necesarios para salvar a mi hija.

Después de que me sacaron sangre, la evaluaron y tomaron una muestra de mi tejido medular nos dejaron solos a Mel, a Benedict y a mí.

-Alex, ¿y si no eres compatible? ¿Sabes lo que eso significa?- preguntó Mel en voz baja mirándome asustada.

Lo sabía perfectamente, si yo no era compatible con mi hija sólo existía una persona en el mundo que lo era: David.

-No sé qué voy a hacer Mel.- dije tomándome la cabeza con ambas manos.- ¿cómo voy a llegar con David y decirle: hola necesito tu médula para salvar a nuestra hija que te hice pensar muerta? Es un castigo de la vida por haberle mentido. Lo sé.

Me quedé dormida en la camilla esperando los resultados. Mel me despertó porque ya podía ver a Ari y seguí a la enfermera.

Cuando llegué hasta ella la abracé con sumo cuidado de no lastimarle el catéter que le llevaba el suero hasta su pequeño bracito.

-¡Mami! ¿Vamos a casa?-dijo cuándo me vio y mi corazón se alegró de escuchar su vocecita. A pesar de que no tenía ni tres años, lo poco que hablaba se le entendía perfectamente.

-Aún no cariño. Deben ponerte una medicina porque estas muy enfermita.- le sonreí tratando de calmarla.

-Perdón por no ponerme los zapatos- dijo mirándome con sus enormes ojos azules.

La alcé de su camita sonriente y comencé a arrullarla puesto que sus ojos indicaban cansancio y llanto.

La acuné entre mis brazos y le canté con el corazón apachurrado para que pudiera dormir.

-Perdóname Ari, perdóname amor. -Le decía entre lágrimas mientras dormía entre mis brazos.

Cuando la recosté de nuevo en la cama, entró una enfermera a revisarle el suero y aproveché para ir con los chicos.

-Ben, ¿Sigues aquí? Deberías irte a casa, Ariana está mucho mejor.- le dije acercándome a ellos. Todos me miraban tristemente.

-¿Qué sucede?-Pregunté asustada.

-Alexa... es que no eres compatible con Ariana.- dijo Mel casi en un susurro.

-¿Qué?

-No puedes donarle tu médula.- tragué saliva. Mi vida se estaba viniendo abajo. 

*Varios días después.*

Una vez que el médico me dio luz verde para viajar con Ariana, Katie, Mel y yo nos fuimos con ella a L.A.

Cuando llegamos al aeropuerto ya nos esperaban montones de reporteros y fotógrafos. Katie se encargó de ellos mientras Mel y yo nos metíamos en el coche con Fred y nos íbamos.

-Mira, la parte buena de esto es que probablemente David ya sabe que tiene una hija contigo.- dijo Mel arrojando una revista en donde aparecía yo con Ariana saliendo del hospital en la primera plana.

-Espero que sea fácil encontrarlo.- dije soltando un suspiro a modo de súplica.

Cuando llegamos al hotel, nos instalamos en la habitación y nos dispusimos a descansar. Horas más tarde llegó Katie.

-Relájate, nadie sabe que esta enfermita.- me dijo una vez que le pregunté.

Sin embargo, encontrar a David no era tarea fácil. 

Benedict nos alcanzó unos días después, se había encariñado con Ariana desde el principio y decidió acompañarnos todo el tiempo en este duro proceso, además de que las promociones de la película empezarían poco tiempo después. Después de que hablé con los productores me concedieron la idea de que las promociones en América comenzaran al principio.

-Alex.- empezó Benedict una noche que estábamos solos en la habitación después de haber promocionado en Los Ángeles.- estuve pensándolo y quisiera saber si tu... Bueno, ya sabes.- dijo un poco nervioso.-Podríamos intentarlo.

-¿Intentar qué, cielo?- pregunté distraída mientras le cambiaba los canales a la televisión.

-Salir juntos.

Me tomó por sorpresa la declaración de Ben sin embargo no contesté inmediatamente. Me enderecé para verlo a la cara ya que estaba recargada en su hombro.

-Benedict yo... estoy pasando por un momento muy difícil, no creo que sea prudente...

-Déjame ayudarte con eso. Estoy igual de preocupado por Ari que tú. 

-No lo sé Benedict, ella es mi prioridad aho...

-Estoy enamorado de ti.- dijo tajantemente mirándome a los ojos.- me vuelves loco Alex, por favor.

-Benedict,- comencé a llorar- no quiero ser una carga para ti, son demasiados problemas y tú tienes una carrera...- balbuceaba mientras lloraba desconsoladamente.

Benedict se apresuró a abrazarme fuertemente.

-No son una carga para mí. Las quiero a mi lado.- me tomó la cara entre sus manos y me limpió las lágrimas con los pulgares.

-Te quiero a mi lado Alexa.- me miró a los ojos y pude ver reflejado mi dolor en ellos. Supe que estaba diciendo la verdad. Sonreí mientras asentía.

-De acuerdo, hagámoslo.- dije rodeando su cuello con mis manos y besándolo.

No happy endings for me? (Tom Hiddleston/ Benedict Cumberbatch Fan Fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora