Felicidad
Asesíname.
Ensucia tus pálidas manos con mi sangre, desgarra mis entrañas, haz que mi cara no quede reconocible, si quieres te apoderas de mi cuerpo, pero sobre todo quítame la vida.
Vuélvete el peor asesino, el enemigo de la humanidad, que todos te teman y respeten. De esa forma tú serás mi salvador.
En agonía mi alma sufre, este cuerpo que fue tocado por personas impuras, pide a gritos que derrames mi sangre.
Este mundo, lleno de escoria, yo intente comprender. Grave fue mi error, que ahora busca escapatoria en la oscuridad.
No existo para nadie y nadie existe para mí.
Nunca recordaran que mi existencia estuvo aquí.
Que no te tiemblen las manos, no llores, mantén tus ojos fijos en el objetivo. Cuando veas el líquido carmesí brotar de mi cadáver, será la única prueba de que yo existí y también de lo que acabas de hacer.
¡No tengas miedo!
¡Sera divertido! ¡Lo juro!
Como un juego de niños.
Mi existencia fue solo un juego de adultos.
Entonces ¿aceptas?
Concédeme mi deseo. Mi dolor se disipara y tal vez así pueda sentir aunque sea un poco de Felicidad.