27.- La Madriguera

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Era un día frio en el mundo mágico, o al menos eso era lo que pensaba Harry mientras entraba por la puerta de la madriguera. Los Weasley lo habían invitado a comer porque hacía mucho que no lo veían, supuestamente por su ajetreado trabajo.

Aunque tendría que haber venido con su esposa, pero está aún estaba en la oficina, arreglando papeles, Ginny había prometido que llegaría antes de que la comida acabase. Esa era la razón de que él estuviese llegando solo, aunque tampoco le molestase.

Al llegar y no escuchar el típico alboroto en la casa, supuso que todos estaban fuera, probablemente haciendo compras. Porque Harry había llegado dos horas antes de lo que debería, pero es que el estrés que se vivía en la oficina era algo preocupante, por eso aprovechó la excusa de la comida para salir de su puesto.

Iba a empezar a preparar la mesa, porque era lo mínimo que podía hacer, pero al entrar en la sala y ver al único pelirrojo que no quería ver se sorprendió.

-Buenos días, Ron –lo saludó, porque el hecho de que no quisiese verlo no significaba que iba a ser maleducado con él.

Casi gruñó al ver que este estaba observando aquella vieja foto de Hermione.

- ¿Qué tienen de buenos?

- ¿Qué te pasa ahora? –aunque tampoco es que necesitase una respuesta.

-Hermione sigue sin aparecer, eso pasa –Harry suspiró sonoramente.

- ¿Otra vez con eso?

Estaba demasiado cansado de aquel tema y la constante y repelente actitud del pelirrojo no ayudaba para nada.

-Sí, Harry. Otra vez con ello –Ron guardó la fotografía y se levantó de su asiento- Aún no hay pistas de ella.

-Ella está bien

- ¿Cómo lo sabes?

-Fue ella la que me mandó un regalo de navidad, con una nota diciendo que estaba bien y que solo necesitaba tiempo- se acercó a la mesa, dándole la espalda al pelirrojo- ¿Lo recuerdas?

-No sabemos si era ella

-Era su letra y confío en ella, si dice que está bien es por qué lo está

-Eso fue hace un año ¿Y si está herida ahora?

Harry volvió a girarse a mirarlo, y es que en estos dos años de Hermione desparecida jamás había explotado con el pelirrojo. Aunque fuese lo que más desease en su vida, pero su paciencia estaba llegando a sus límites.

Y, honestamente, se estaba cansando de aguantarse las ganas de gritarle a la cara.

- ¿De verdad crees que no he pensado en ello? Lo he pensado cada día, me preocupo por ella, aunque tú no quieras verlo. –Entró en la cocina- Solo necesita más tiempo.

"Si no necesitase tiempo ya habría vuelto ¿Verdad?" aquello fue lo que se repitió Harry en su cabeza, la misma frase que se repetía todos los días desde que su hermana se fue. "Ella no nos abandonaría"

Y, desde que ella se fue, aquel "nos" no incluía a Ron.

-De todas maneras. ¿Tiempo para qué?

Harry salió de la cocina a la velocidad de la luz y lo encaró.

-No me jodas, Ron. Sabes perfectamente sus razones

-Han pasado dos años

-Lo que hiciste fue repugnante

-No me estás ayudando, Harry –Harry no recuerda en qué momento la voz de su mejor amigo se volvió tan molesta a sus oídos.

-No lo estoy intentando

La Última Vengadora - Hermione/LokiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora