Once Upon A Time...

1

Érase una vez, en el bello mar azul.

Había un pirata. Todoroki Shōto, pero no era un simple pirata. No, él era el más grande y reconocido pirata de los siete mares.

Su valentía y determinación lo hacían uno de los más temidos en las frías aguas que su barco navegaba.

Y es que el bicolor cargaba consigo un buen repertorio de aventuras que había vívido a lo largo de su juventud en el mar.

Aunque su gesto frío y calculador decía lo contrario el chico logró apreciar las bellezas del mar.

Solo había una cosa que siempre anhelaba ver.

Esa noche Todoroki había regresado de embaucar una gran embarcación y robar todo el oro que esta llevaba para alguno de los reinos.

Se encontraba cansado y sediento. Una buena bebida no le caería mal. Así que tomó camino hacia su bar favorito.
Cuando entró todos en el recinto se quedaron en silencio. Lo contemplaron incluso cuando tomó asiento en una mesa de la obscuridad de aquel sucio lugar.

El mesero llegó rápidamente hacia donde se encontraba y depositó una rebosante cerveza en la mesita.

—Veo que tienes el valor de aparecer después de tanto tiempo bastardo mitad y mitad—se escuchó una molesta voz del otro lado del bar.

—¿Acaso te importa?— preguntó para empezar a saborear la cerveza.

—Oh... Claro que me importa imbécil, mi peor enemigo osa poner su escuálido trasero en mi territorio, es más que obvio que me debe de importar— escupió con veneno aquel rubio amargado con el que siempre discutía.

Bakugō Katsuki era otro de los piratas que dominaban los mares, pero lamentablemente era el segundo mejor. El bicolor era el primer lugar en todo.

Cuando Todoroki asaltaba una embarcación siempre recordaba los berrinches que Katsuki hacía por no llegar a tiempo. Así que se compadecía un poco de él y le dejaba uno que otro premio. Aunque de todas maneras el rubio siempre se enojaba.