Único.

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Nam Joon siempre había visto a Seok Jin como un chico demasiado afeminado, más bien muy infantil para su edad.
Ya tenían doce, no nueve años para que Seok Jin fuera vestido así a la escuela.
Con unos pantalones cortos hasta arriba de las rodillas, una camiseta formal y un moño en el primer botón de está.

¿O era su aspecto tan particular que lo hacía así de diferente a los demás?

¿Por qué todos lo veían así de anticuado y nadie nunca le decía nada?

Ellos habían estado en la misma clase desde el primer año, Seok Jin era tan inteligente y obediente mientras que Nam Joon era un niño travieso pero inegablemente inteligente también, quizá por eso nunca habían tenido una relación amistosa.
Ninguno de los dos se caían bien por obvias razones.

Después de tanto tiempo Nam Joon había descubierto que su verdadero pasatiempo era molestar a Seok Jin de cualquier manera.
Como por ejemplo sentarse un lugar atrás y tirar de sus cabellos castaños, que poco a poco los confundía con el algodón de azúcar.
Seok Jin siempre intentó defenderse sin ningún resultado, ver roja la carita furiosa de Jin le hacia sentirse tan feliz a Nam Joon que no se podría comparar con casi nada.

- Si vuelves a hacerlo se lo diré a la maestra.-

Seok Jin había dicho eso aquél día, nunca antes había intentado hacer algo así, solamente hacer cosas como pegarle a las manos de Nam Joon en un intento, pero nada parecido a acusarlo.
¿Realmente se atrevería a hacerlo?
Nam Joon se atrevería a descubrirlo de una manera más arriesgada.

Se lo pensó mucho para buscar en las bolsas de sus pantalones una goma de mascar, tomarlo entre sus dedos y luego deshacerse de la envoltura para meterlo a su boca y masticarlo ruidosamente, no importaba si la profesora lo escuchaba o no.
Sacó de su boca el chicle y después lo pegó a la nuca de Seok Jin, donde fácilmente se adhirió el dulce, pegándose al cabello que también ahí había.

Jin había hecho una mueca de disgusto cuando sintió el leve toque del niño que estaba atrás de él. Subió sus dedos hasta donde sintió el chicle con baba de Nam Joon y quiso llorar en ese momento.
Estaba completamente pegado a su cabeza.

- ¡MAESTRA NAM JOON ME HA PEGADO UN CHICLE AL CABELLO!-
el pequeño chilló frente a todas las miradas burlonas de sus compañeros en clase.

La antes mencionada se acercó con pasos rápidos, y con una mirada de horror en contra del pequeño niño que tenía una cara de ángel aunque sin dudas podías creer en las palabras acusatorias de Seok Jin.

Rebuscó en la cabeza del niño y definitivamente encontró un chicle en su nuca.
Nam Joon ahora no sabía qué hacer, mantenía la sonrisa inocente en sus labios.
Sabía que tendría problemas con su padre, quizá él le quitaría su consola o algo que de verdad le gustará. Pero su madre sería más amable, ella siempre era más amable con él.

- ¡Dios mío! ¡Kim Nam Joon y Seok Jin a la dirección ahora mismo!
La señorita Sook, nunca había lidiado con un problema como éste en su muy corta experiencia como maestra, siempre había niños problemáticos pero hasta ahora Nam Joon había sido el peor con sus constantes travesuras que al único que afectaban era a su compañero de en frente.

- ¡P-pero si yo no hice nada! -
Contestó Seok Jin al borde de ponerse a llorar por segunda vez ahora ya no sería su maestra favorita.

Nam Joon se levantó enfadado, Seok Jin era una niñita, pero él también se había pasado de la raya con el castaño.
No sentía culpa de nada ¿Cómo tenerla?

Esa tarde Nam Joon había tenido que despedirse de su consola de videojuegos cuando sus padres se enteraron gracias a una llamada de la directora. Su madre había estado tan enojada con él como para abrazarlo cuando se puso a llorar en medio de su habitación.

¡Ah, Nam Joon Pabo!↬ NamJin one shotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora