C I N C O

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― ¡El que se lance de ultimo es un marica! ― exclamó Demyan mientras corría al borde de la cascada ondeando su reluciente y larga cabellera castaña, sin embargo, justo antes de hacerlo se detuvo en seco ― Bueno...a excepción de Meyou.

― Si de esas tenemos, aquí el único hombre soy yo ― añadió Floyd quien estaba de pie justo a su lado. En cuestión de segundos y sin ni siquiera advertirle, el greñudo lo empujó con fuerzas haciendo que cayera en picada al rio.

Hubiese sido una escena bastante divertida ver a Floyd caer de esa manera, sin embargo, la confesión de la noche pasada me tenía ansiosa.

No estoy segura de que Floyd estuviera completamente dormido cuando dije eso y aunque cuando despertamos, no mencionó absolutamente nada al respecto, inevitablemente sigo sospechando de que lo escuchó y aquello me hacía estremecerme.

― ¡Voy a matarte, Demyan! ― rechistó el pelinegro desde metros abajo, alzando la voz para que pudiéramos escucharle claramente.

― Mierda, ve tú, Meyou. Convéncelo de no aniquilarme antes de poder ir a nadar.

― Eres un marica, Demyan. Y no, no lo digo por tu preferencia sexual, sino que...literalmente, eres un marica ― intenté dejar de pensar en aquello que me mantenía ida y decidí unirme a ellos.

― Sabes, una vez vi un video en donde un tipo se partía la cara a la mitad después de lanzarse de una cascada. ― el muy hijo de puta decía esto justo cuando tenía un pie en el aire. ― ¡Y seguía vivo! ¿Cómo carajos hacía para no morirse de dolor? Apuesto que su rostro estaba tan destrozado que los nervios estaban inservibles.

― ¡¿Cómo mierda se te ocurre decir algo así antes de lanzarme?! ― rechisté dándole un empujón ― ¡Ya no quiero hacerlo! ― exclamé asustada, mirando hacia abajo como la mata de pelo negro azabache de Floyd nadaba libremente en el calmo río.

―Yo si ¿No te tienta? Corremos una cantidad de riesgos incontables ¡Dime si esa mierda no es genial y emocionante! ― el concepto de emocionante que tenía Demyan era el mismo que tenía sobre su extraño deseo de ser parte de una catástrofe. Nada en él era alentador ― A la mierda todo, Meyou, si me vuelvo mierda la cara, págame para que me hagan una cirugía y no quede asquerosamente horrible en el féretro. Oh y asegúrate de que mi cabello luzca igual de reluciente que siempre. ¡Woo Hoo! ― exclamo antes de saltar

― Joder, no sé quién de los tres esté más loco. ― y sin seguir pensándomelo más tiempo, salté. La sensación en el estómago que me produce caer es jodidamente indescriptible. La adrenalina que recorre mis entrañas no tiene precio, definitivamente esto es una de las cosas más asombrosas que he hecho en lo que va del año...y en lo que va de mi viaje sin rumbo con estos dos.

Cuando salgo del agua veo como Floyd y Demyan luchan para que uno no termine ahogando al otro, espero que solo estén bromeando y no realmente queriéndose matar. Era gracioso porque el pelinegro poseía una abismal ventaja, en altura, peso y fuerza, por lo que el más bajo solo pataleaba e intentaba zafarse. Quise separarlos, pero realmente la risa no me lo permitía y solo dejé que llevaran a cabo su importantísimo combate, años que no reía tanto y preferí darme un lujo, estos momentos de disfrute tienen que ser aprovechados, no sabemos que nos depara en un futuro no muy lejano.

― Oigan, imbéciles... ― dijo Demyan captando la atención de ambos mientras secaba su melena color canela con una toalla y se sentaba en una roca la cual era apuntada de manera directa por la luz del sol. ― Cerca del hotel hay un club nocturno, digo...sería interesante ir. ― vi a Floyd esperando que este diera su opinión, algo dentro de mi aseguraba que este se iba a negar rotundamente.

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