**Capítulo 1**

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Sergio

Mi nombre es Sergio, tengo 16 años y voy hacer padre, pero; hay posibilidades de que sea padre soltero.

Mi mujer o bueno; la madre de mi hija ya tiene 8 meses de embarazo y dentro de pocas semanas dará a luz a nuestra hija la cual ella no quiere tener.

°°°FlashBack°°°

—Estoy embarazada Sergio.

—¿Qué? Pero; estamos muy jóvenes —digo poniendo mis manos en la cabeza.

—Si, bastante. Pero descuida, mañana iré abortar —contesta sin importancia.

—¿Qué? Estás loca, ni se te ocurra hacer nada de eso. Juntos saldremos adelante.

—¿Juntos? No, no creo. No tendré a éste bebé, no arruinaré mi vida, no pasaré de ser la chica popular y enviada por todas a ser la preñada, la burlada de todos.

—Yo también estoy en el mismo puesto que tu, y me vale mierda caer al suelo por nuestro bebé.

—¿Nuestro? Tuyo. ¿Quieres que tenga a tu bebé?

—Si, si quiero que tengas a mi bebé.

—Pues entonces... Deberías rentarme un departamento por 9 meses, darme 2,500 dólares y hacerte cargo tu sólo de tu hijo.

—No puedo creer que me estés haciendo esto, Valeria.

—Bueno, tu decides. Además, no puede ser difícil conseguir ese dinero, puedes sacarlo de lo que tienes ahorrado para nuestra supuesta boda y además tus padres tienen dinero. Mucho diría yo —me sonríe acariciando su barriga.

°°° Fin FlashBack°°°

Y si, ella está en éste departamento, al principio ella quería estar sola, pero no, no iba a dejar a la mujer que tanto amo sola y mucho menos embarazada.

Para sus padres ella está en un viaje conmigo y para los míos... Pues el mismo día que supe del embarazo renuncié a todo, mis familiares, mis estudios y mi vida popular tanto fuera y dentro de la escuela.

–Sergio, necesito un trago de vino, sólo un poquito —dice Valeria sobando su gran pansa.

–Te he dicho mil veces que no vas a tomar ni una gota de alcohol contesto con cariño.

–Aun estoy a tiempo de abortar —amenaza.

–¿Sabes? Me tienes hasta el tope con tus amenazas. Vamos, aborta a nuestra hija, a ver si no mueres tu también y pierdes los momentos de FAMAS que te piensas dar con el dinero que me pediste.

–Eres un imbécil. Ya quiero que ésta cosa salga de dentro de mi.

–Yo también para que desaparezcas de nuestras vidas.

–Si, si como digas.

Cada día sufro con sus palabras, los sobre nombres que le pone a mi hija, las veces que la maldice.

Ya quiero que mi hija nazca y darle el amor que se merece.

Valeria no me deja tocarle la pansa, pero lo hago cuando ella está dormida, le canto a la bebé, la acaricio y le digo poesías.

Fui despedido de mi trabajo como panadero y pues; ahora tengo que buscar otro.

Por mi hija, haré lo posible y lo imposible...

Padre a los dieciséis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora