Apocalypse Z ||TERMINADA||

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Esta novela no es mia pero la decidi subir ( con el permiso de la autora original ) para que ustedes la lean y vayan a la pagina original de la nove . Espero que les guste al igual que a mi .

Sinopsis:

-Esto es imposible, ya no puedo más, déjame aquí – Dijo ella suspirando intranquila, cansada ya de tanto correr, sollozando, ya no podía más.

-No, ni lo pienses, olvídate, nunca te voy a dejar sola. – Dijo él, poniendo ambas manos en cada la cara de la chica, acariciando suavemente sus pómulos con el pulgar.

******

Días y días, no había forma de zafarse, cada paso esta jugado por sus vidas, este es un juego y perder es la muerte. Hay que ser sigiloso, fuerte y confiado de sí mismo. Moverse es la clave, pero pocos se dan cuenta. ¿Podrán salvarse?

Capítulo 1:

*Narra _____*

Desperté en la mañana, más bien mediodía, o tarde, bueno, ya que, me vestí y baje las escaleras, mis papás no estaban, me pareció raro, y muy, decidí llamarlos… Nadie contestó.

Afuera no había ruido alguno, solo sonidos de pisadas vagas y lentas, muy lentas, me asomé para ver que era, dejando la puerta entreabierta y no había nada, salgo completamente, y tampoco, nada. 

Cuando entro, de aburrida que estaba puse música, comenzó a sonar “Hey Brother” te Avicii, dejo el control encima de mi sillón y bailo tontamente, si, muy tontamente. De repente se apaga la música y alguien me agarra por atrás y me tapa la boca, se escuchó un grito ahogado de mi parte. Me encaminó hacia mi baño, entramos y cerró la puerta con seguro, él o ella, más bien él, tenía mucha fuerza. Seguía sin saber quién era, hasta que se dignó a soltarme, rápidamente agarre un desodorante para defenderme y me di vuelta, él me miró, no tenía idea de que estaba haciendo yo, pero lo apunte con el desodorante y bajó mis brazos para que no le tirara.

-No debes hacer nada de ruido. – Me dijo él sentándose contra la puerta.

-¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué hay? ¿Cómo entraste? – Pregunte confundida.

-No debes hacer ruido, los atrae, caminantes no se bien que son, entré cuando saliste. – Respondió mi cuestionario en orden.

- ¿Caminantes? ¿Qué quieres decir? – Dije aún más confundida.

-Muertos vivientes, zombies, como quieras decirles, lo único que me importa es sobrevivir –Hizo una pausa y miró hacia todos lados- Y justo aquí no estamos seguros.

-¿No estamos? Estás equivocado, yo con vos no voy a ir, no te conozco y aparte, tienen que venir mis padres. – Contesté firme.

-¡JA! – Rió burlón - ¿Acaso piensas que están vivos? Por favor, son grandes, es imposible sobrevivir a algo como esto con esa edad. – Serio.

-Tal vez estén vivos, vos que sabes. – Fría.

-Sí, justo ellos. – Me limite a contestar, no tenía ganas de discutir, y menos con una persona como él.

Di vuelta mi cara y me digne a mirarlo de reojo, para ser sinceros, no era nada feo, el tipo se mantenía como quería, tenía ojos marrones fuertes, pero no tanto, el pelo del mismo color, una nariz que quedaba perfecta con la forma de su cara, un expansor blanco y negro por dentro en la oreja izquierda y unas cejas bastante gruesas, pero le quedaban bien. 

-¿Qué? – Me pregunto el, se ve que se dio cuenta que lo estaba mirando.

-Nada. ¿Por qué? 

-Pf. Nada. –Busco tema- ¿Cómo te llamas?

-No te interesa.

-Hay bueno, señorita importante. –Hizo un gesto con sus manos.

-Bueno, está bien, ____ ¿Y tú? –Pregunte curiosa.

-Cristian, Cristian Moreno. –Me aclaró.

-Ah. ¿Y qué piensas? ¿Qué vamos a hacer?

-No lo sé, pero cuando yo estaba viniendo traía miles de atrás, probablemente estén por tumbar tu puerta, entraste justo, pero la música les habrá guiado por donde estaba yo. – Eso me alarmó, estaba a punto de morir, estaba colgando de un hilo.

-¿QUÉ? –Preocupada.

-¡Cállate! Los atraes y los desesperas más para entrar. –Enojado.

-¡Tenemos que salir!

-¡OH! GRACIAS, NO ME HABIA DADO CUENTA. –Dijo con sarcasmo.

Yo solo refuñé. Instantáneamente me percate de la ventana que había sobre la ducha y me di cuenta que yo cabía por ahí, y probablemente el también, ya que estaba flaco.

-¡Ya se! –Me miró, yo me sonrojé un poco por su mirada penetrante pero disimulé lo más que pude- Tengo una ventana sobre la ducha, podemos salir ambos por ahí, primero sales tú y luego yo.

-Grandioso. –Me sonrió, a lo cual yo le devolví la sonrisa.

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