Mi escenario vació y yo

CAPITULO 1: La nada es el todo

Seguramente te estarás preguntando, como se puede crear un mundo imaginario y durar hasta una hora en un escenario vacío, un escenario donde solo tú seas la actriz principal.

He alterado mi realidad, aunque realmente no sé cuando comencé a tener esta alteración y comentarles sobre mis primeras fantasías se me hace casi imposible, ya que no las recuerdo. Mi psicóloga, en una de nuestras sesiones me pregunto: "¿las olvidas o las bloqueas?". Realmente no lo sé, en ese instante me quede pensativa, no tenía respuesta y sigo sin tenerla, pero poco a poco voy a ir contándoles lo que realmente sucede detrás del telón y durante escena.

Aunque comenzare describiéndoles un poco lo que es una realidad alterna, que para muchos lo confunden con universos paralelos, agujeros negros y ese tipo de cosas relacionadas con la física. Pero en este caso no es así, para la psicología se denomina disociación de la realidad, la cual algunos psicólogos la definen como, un mecanismo de defensa del inconsciente o que ponemos en marca de manera inconsciente para experimentar diversas emociones ante un conflicto o situación de estrés.

Se incluye a esto, una desconexión de la realidad que las experiencias disociativas no se integran en sentido del yo, dando por resultados una falta de conexión en los pensamientos y fue entonces...

Cuando me aceptaron en el decanato de la universidad un proyecto que tenía meses queriéndolo hacer, dirigidos a estudiantes referentes al miedo que se vive y lo llame "Hablemos de miedo sin miedo".

Vestida con un body rojo el cual mostraba mi tatuaje (mientras estaba con los directores de escuela tenía una chaqueta holgada color beige), un pantalón Jean perfectamente pegado a mi cuerpo, sacando a relucir mi figura, mi cabello con su máxima belleza, iba bajando por las escaleras del bulevar del campus, con el teléfono en la mano para llamar a mis amigos y darles la buena noticia.

Y es cuando los veo, que por cosas del universo, están sentados cerca de él. Ese que me pone nerviosa y me congela hasta mi sistema límbico.

Ese chico alto, muy elocuente que me enamoro con unos chistes, unos hoyuelos en los cachetes y una hermosa sonrisa. Él fue para mí, el actor principal de muchas de mis escenas, ya que para entonces andábamos en un amorío, pero todo acabo, y no, con ese "acabo", no acabaron mis escenas en el escenario con él, más bien aumentaron, pero ya verán como ira apareciendo ese "sol de México" (como mis amigas lo apodaron), conmigo en el escenario.

Me luzco al llegar y una de las muchachas salta de emoción, e intrigada me pregunta:

- ¡Hablaaa!, ¿Qué te dijeron?

Enseguida coloque una cara dramática (en la cual soy más que experta) para darle un poco de suspenso al momento

- Bueno, comenzaron diciendo que era un tema muy trillado, y aunque la temática les encantabaaa... ¡ME DARIAN LA OPORTUNIDAD DE HACERLO!

Todas emocionadas por mí, saltando y haciendo un escándalo al saber la noticia, lo vi y él, se hacia el loco, pero su sonrisa estaba esbozada antes de bajar la cabeza para que no lo vieran.

- Bueno, amigas mías, les cuento que necesitamos organización y me pidieron un protocolo. Sera que alguna de ustedes...

Sus expresiones de que era obvio que iban a ayudarme, hicieron que las abrazara y me di cuenta que no estaba en la universidad, estaba en mi casa, con mi pijama parada frente a la cama, sin nadie que estuviera aunque sea escuchando algo que podría ser verdad, solo yo.