Capítulo 3.
Estuvimos caminando una hora más, creo, yo detrás de él, el adelante mío. Hasta que paró de caminar y puso su mano para frenarme a mí.
-Mira. –Dijo señalando un negocio de armas.
-¿Qué? Yo no sé usar armas. –Dije de la misma forma en la que él me hablo.
-Te enseñaré. –Me contestó.
Con sumo cuidado fue allí, chequeó a ver qué tal iba todo y movió sus manos, dándome señal de que podríamos entrar.
-Toma los silenciadores y cinturones donde se puedan poner armas, cuchillos y balas. –Me dijo mirando hacia todos lados.
Agarre dos cinturones, uno para mí y uno para él, también 4 silenciadores de varias armas, no sé cuáles.
-Perfecto. –Agarro un cinturón y se lo colocó- Póntelo, ¿qué esperas?
Me lo coloqué y puse un arma y dos cajitas de balas.
-Vámonos. –Antes de salir, se paró en la salida y fue a buscar algo.-Toma, mete armas y balas aquí, tal vez las necesitemos más adelante, quien sabe. –Me entregó una mochila.
Metí todas las balas, todas las armas y me la coloque en el hombro izquierdo. El me miro un momento.
-¿Qué? –Pregunte cortante.
-Nada, tienes el cabello largo, deberías atártelo, cualquier caminante puede engancharse en él. –Rayos, tenía razón.
-Ah, pero… ¿Dónde consigo una colita?
-Átatelo con tu propio cabello, o hazte un rodete con un lápiz, algo, va a ser muy difícil encontrar una farmacia con útiles de cabello.
Me quite la mochila y comencé a atarme el cabello, el miraba hacia afuera para ver si venia algún caminante.
-Listo. –Colocándome la mochila nuevamente en mi hombro.
El salió, miro hacia todos lados y movió su cabeza hacia la izquierda para que salga.
-Podemos ir a mi casa, tengo comida, agua, tal vez luz, tengo un generador, pero lo malo es que hace demasiado ruido. –Pensativo.
-Claro, ¿dónde vives?
-Fuera de la ciudad, seguro no hay caminantes allí, debe ser donde menos hay, ya que no hay ruido. –Me contestó.
-¿Es muy lejos? –Suspiré.
-No tanto, debe estar a unos kilómetros de aquí, si empezamos a ir, para la noche llegaríamos. –Tratando de que diga que sí.
-Agh, está bien. –Bufé.
-Bien.
Caminamos todo el día, de la misma forma que antes, yo iba aburrida, mirando el piso, un disparo me hizo sobresaltar, fue Cristian, le disparo a uno.
-¿Estas bien? –Pregunté preocupada.
-Sí. De suerte no me mordió, ni rasguño, lo vi por suerte. –Contestó molesto.
-Uf, que bien.
El me miró fijamente, sentí una especie de conexión al mirarlo, el vino caminando hacia mí, yo cerré mis ojos como tonta pero los volví a abrir, segundos después cuando Cristian me desvió.
-Vienen caminantes escucharon el disparo. –Dándose la media vuelta y empezando a correr.
-¿QUÉ? –Sobresaltada.
-¡Corre! –Me dijo.
Comencé a correr lo más rápido que pude, siguiendo a Cristian, claro, si no lo hubiera encontrado estaría muerta.
-¡Entra ahí! –Gritó y señaló la parte trasera de un camión, me ayudo a subir y luego rápidamente subió el, cerro las “puertas” y se sentó.
-¿¡Que vamos a hacer ahora!? –Preocupada.
-No tengo idea. –Se calló unos momentos al escuchar como golpeaban las puertas, para entrar a comernos- Pero aquí estaremos a salvo, es un lugar seguro, los caminantes se cansarán al ver que no salimos y se irán, pero vamos a dormir, caminamos todo el día, necesitamos descansar. –Suspiró.
Yo me senté y cerré los ojos, dispuesta a dormir, pero algo me lo impedía, me sentía insegura.
-¿Cristian? –Le hablé
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Apocalypse Z
Fanfiction¿Qué pasa si un día despiertas en medio de un Apocalipsis Zombie y te encuentras sola en casa y tu madre se va sin decirte nada ? Y para más un chico que ni conoces entra hurtadillas a tu hogar , pero gracias a él , ella pudo entender la situación d...