Cap 4

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Capítulo 4.

-¿Si? –Me respondió aún con los ojos cerrados.

-Tengo miedo. –Intranquila.

-No pasa nada, acá vamos a estar seguros. –Me dijo tranquilo.

-No, es enserio, tengo miedo. – El bufó

-Bien, ven. –Abrió sus brazos.

-¿Qué? –Confundida.

Abrió sus ojos- ¿Qué? ¿No tenías miedo? Te digo que vengas aquí, no te va a pasar nada, yo te protejo. –Dijo cerrando sus ojos nuevamente.

Yo me puse a su lado, el paso uno de sus brazos por arriba de mis hombros, agarro suavemente mi cabeza y la posó en su pecho, con su otro brazo me abrazaba desde mi cintura, y así, logré dormirme.

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Desperté y seguía abrazada a Cristian, el seguía durmiendo, pero yo lo desperté con leves empujoncitos.

-Cristian, Cristian, despierta, debemos llegar. –Empujándolo levemente.

-¿Ah? ¿Qué? – Abriendo lentamente sus ojos.

-Vamos, debemos irnos. –Poniéndome de pie.

-Ah, cierto. 

Salió primero el, dormido, pero sigilosamente, me dijo que saliera, así que salí. Cristian no paraba de bostezar ni un segundo.

-¿Quieres parar a descansar nuevamente? –Le pregunté amablemente.

-No, no interesa, ya se me va a pasar. –Me miro y me contesto de la misma forma.

-Espero. –Hice una pausa- ¿Falta mucho?

-No, falta poco, en una hora estaremos allá, por lo que veo aquí no hay caminantes, así que estaremos bien por un tiempo. –Contento.

-Genial.-Ansiosa.

Hablamos de cualquier cosa esa hora, estaba empezando a caerme bien, y demasiado, cuando lo conocías por completo era bueno y caballeroso.

-¡Llegamos! –Señalando una casa de dos plantas.

El entró y luego entre con él.

La casa estaba en buen estado, estaba limpia y a simple vista se veía cómoda y acogedora.

-¿Por cuánto nos quedaremos aquí? –Pregunté mientras examinaba toda la planta baja.

-No lo sé, hasta que los caminantes lleguen aquí, probablemente una semana o más. Quizás menos, quien sabe. –Sentándose en el sillón.

-Oh. –Susurré.

Me senté junto con él, pero él estaba sentado en una punta, yo me senté en el otro extremo.

-No debemos descuidarnos de la comida, no comamos por comer ni para quedar llenos. –Hizo una pausa- Tampoco llenarse hasta reventar, tenemos que ser cuidadosos, o estaremos muertos de todas las formas. –Serio.

-Claro, yo no soy de comer mucho, pero cuando me aburro sí.

-Está bien, me iré a dormir, cierra las puertas con seguro, las ventanas también, cierra todo, puede entrar alguien con malas intenciones, robar y hacerte algo. –Dijo mientras subía las escaleras.

Cerré todo y me acosté en el sillón mirando hacia la nada, pero pensando en Cristian, muchos sentimientos se me venían cuando pensaba en él, pero la imagen que invadía mi mente fue cuando me abrazo anoche, con la misma imagen en mi cabeza, me quede profundamente dormida…

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