"Cuando se nos cierra una puerta ante la felicidad. Otra se abre. Muchas veces nos quedamos frente a la puerta cerrada tanto tiempo que no podemos ver aquella puerta que se nos ha sido abierta."
—Helen Keller.
Tenía esas palabras tan ciertas como tan falsas pegada en una de las paredes de mi habitación. Siempre la leía, siempre la analizaba, pero nunca me dejaba convencer por aquellas simples palabras.
Me quité el BiPAP y me puse la cánula. Me levanté de mi cama y después de hacer mi rutina mañanera, me dirigí hacia la cocina donde se encontraba mi madre, ya que por lo que tengo entendido, papá se tuvo que ir bastante temprano hoy al trabajo.
Cuando llegué a la cocina mamá estaba sentada en la mesa comiendo su desayuno, el cual se componía de: unas tostadas francesas con fresas y una tasa de café.
—Buenos días. —anuncié.
Mamá levantó la mirada de el libro que estaba leyendo, no sabia que leía, y me sonrió.
—¡Buenos días querida! —dijo con su ya característico entusiasmo, ella era así. Ella era alegre, un poco humorista, sencilla y muy optimista; demasiado diría yo. El optimismo y yo no estamos hecho para llevarnos de lo más bien, no soy optimista, soy realista. —Amor, tu desayuno esta en el microonda. —anunció.
Caminé hacia el microondas y de ahí saqué mi comida para luego sentarme junto a ella.
—Um, ¿qué lees? —pregunté.
Ella levantó la vista de la lectura y me miró.
—Pues estoy leyendo un pequeño libro de mensajes con valores que engrandecen y ayudan a los seres humanos. Es para ir mejorando y así poder sacarme un máster en trabajo social... Ya sabes, poder ayudar y aconsejar a familias que estén pasando una crisis, o una enfermedad o cualquier otra situación que no puedan sobrellevar, Hazel.
Cada vez que la oía hablar respecto a que quería ser una trabajadora social; las auténticas ganas de llorar de felicidad venían a mi, creo que no podía estar más feliz de ella, y muy orgullosa también, se que será la mejor trabajadora social con mucha ética y optimismo en el mundo, sin duda lo será.
—Me alegro mamá, sigue instruyéndote. —la animé. —Creo que ya no tengo mucha hambre. —dije levantándome de mi asiento.
Ella asintió.
—Esta bien cariño, ¿harás algo en especial hoy? —preguntó.
Algo muy especial mamá, o mejor dicho alguien muy especial.
Entonces sentí una sonrisa haciendo su camino en mi cara. Dios...
—Mm, si. Iré a visitar a Gus.
Después de un asentimiento de parte de mi madre caminé hacia mi habitación y me dispuse a llamar a Augustus.
Después de tres timbres él contesto.
—Hazel Grace. —dijo
—Hola Gus, ¿cómo estas?
—Pues, hipotéticamente estoy mal, me duele bastante la cadera izquierda; pero es normal, después de todo estoy muriendo. Pero, no estoy tan mal para no poder verte, nena.
Dios, apostaba que estaba sonriendo, como siempre, aunque ya no lo hacia mucho...
—Bueno, pues nos vemos en unos veinte minutos Gus. —dije en susurro.
—Aquí te espero con mucha ansiedad, Hazel Grace. —dijo riendo.
Su risa era la música para mi alma.
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The Fault In Our Stars: Last Days
FanficOcho dias, ocho dias en los que estaban viviendo su pequeño infinito...