The Fault In Our Stars: Last Days

Day 3

Hoy me sentía rara, y aún no sé la razón del porqué. Solamente quería estar todo, de lo que queda del día acostada observando el pálido, luminoso y estéril techo.

Soy consciente de que son las seis y media de la noche y que me he levantado de esta cama como unas cinco veces en el día de hoy: Ir al baño e ir a comer. He estado llamando a Augustus y no contesta ninguna de mis llamadas, al igual que mis mensajes. Dudo que se allá enojado por yo haberme ido ayer de su casa cuando él estaba dormido, se que no se enojaría por esa sandez.

—Es por él, ¿verdad? —giro mi cabeza hacia el proveniente de esa voz, y veo solamente la cabeza de mi madre entre la puerta. Vuelvo mi vista hacia el techo, pensando. ¿Estaré así por él? ¿Porque he estado todo el día tratando de saber algo sobre él y no tengo respuestas? ¿Será que...? ¡No! Sus padres ya me hubiesen avisado, estoy sacando estúpidas hipótesis.

De repente siento la mano de mi mamá acariciandome el pelo, ¿Cuándo había llegado a mi lado?

—No sé... —respondí a su pregunta.

Ella asintió. Amaba cuando era compresiva. Y no seguía indagando en el tema.

—¿Porqué mejor te levantas de la cama, te das un baño y te pones más hermosa de lo que eres? —dijo con una sonrisa cómplice.

¿Ahora que estará tramando ella? Dudo que sea un día de celebrar algo. Si no ya me hubiese enterado en la mañana con su eufórica y alegre voz de tener que celebrar un día en especial. Ella era especialista en celebraciones.

—¿Qué está pasando mamá? ¿Porqué me tengo que poner "más hermosa de lo que soy?" —pregunté.

Vi que trataba de evitar mi mirada mientras murmuraba algo que no pude escuchar.

—Mamá... —la llamé.

Ella suspiró y me miro.

—Augustus me a llamado y me ha dicho que irán a salir y...

—¿¡Qué!? —prácticamente grité, pero con una sonrisa de por medio.

—Él vendrá dentro de una hora y media a recogerte y... Bueno, sus padres los llevarán hacia el destino que tiene preparado Gus, ya sabes, Augustus no puede guiar. —yo asentí.

¡Saldré con Gus!

—¿Sabes a donde iremos? —pregunté riendo.

—¡Claro! —dijo. —Como madre protectora tengo que saber a donde irás mujercita. —dijo riendo mientras tocaba mi mejilla.

<< Si supieras mamá... Si supieras que en Amsterdam pasaron cosas con Augustus que tu las considerarías indebidas a mi edad... >>pensé.

—Claro... —susurré. —Iré a alistarme, ¿si?

Me levanté de mi cama y me dirigí a mi propio baño. Entré y me fui despojando de mi ropa mientras pensaba el lugar en que Augustus me llevaría esta noche.

—¡TE HE SACADO LA ROPA PERFECTA PARA ESTA OCASIÓN HAZEL! —oí que gritó.

Siempre recibiendo la ayuda de mi madre.

—¡ESTA BIEN Y GRACIAS MAMÁ! —medio grité también para que me oyera.

[...]

Mientras me observaba en el espejo, el cual permitía dejar ver todo mi cuerpo, le daba de cada segundo una mirada de desaprobación a mi madre por el atuendo que llevaba puesto, sentía que dejaba a la vista mucho.

—No me gusta mamá. —me quejé.

Ella negó mientras reía.

—Hazel, amor. Te queda hermoso. —dijo señalándome. —No muestras mucho, todo esta en su lugar. —ella río.