Entre la niebla

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Antes de relatar quisiera hacer una pregunta: ¿Por qué le tenemos miedo a lo desconocido?

Tal vez sea porque vemos el mundo como ya leído, creemos que lo sabemos todo y que las sorpresas son solo pequeños inprevistos que se soluionarán de forma igual o similar a como lo hicimos antes. Pero, ¿Qué ocurre cuando algo completamente nuevo aparece? Algo extraordinario que no conocemos, que nadie conoció, ¿Qué podemos hacer en esos casos?

Este acontecimiento ocurrió hace dos semanas, sé que no parece mucho tiempo, pero créanme: para mí fue una eternidad. Soy un hombre de negocios y en éste caso debía viajar de una ciudad a otra, para ello tenía que cruzar un viejo puente. Ese día se encontraba desierto o al menos eso parecía, era dificil saber cuánto movimiento ocurría ya que había niebla y era muy espesa, aunque por lo que ocurrió, dudo que hayan estado otros conductores. En ese momento solo pensaba en llegar a tiempo, ya que me estaba retrasando y no podía darme el gusto de llegar tarde nuevamente. Aceleraba lo más que podía, aunque no lo suficiente como para llamar la atención de algúna autoridad, una multa me atrasaría más, y sin contar las demás molestias que me traería. De repente mi vehículo se descompuso, ''maldita suerte'' era lo mejor que se podía decir en esa situación, aunque lo que dije en realidad fueron varios insultos y groserias que preferiría no escribir aquí. Cuando me calmé, decidí llamar a una grua, tristemente mi teléfono se estaba quedando sin batería por lo que me apresuré, tardaron un par de segundos en atender aunque, por la poca suerte que al parecer me quedaba, lo hicieron. De forma muy apresurada les expliqué mi situación y dónde estaba ubicado, me respondieron que tardarían una hora, ''maldita suerte'' de nuevo, aunque no dije eso, volví a decir esas palabras bruscas que, como lo dije anteriormente, no repetiré aquí. Sin más remedio, me recosté en el asiento lamentando lo que le ocurrirá a mi empleo, lo más probable era perderlo, cuando de repente un sonido agudo me paralizó, literalmente no podía moverme mientras oía ese ruido punzante, me desesperé aunque obviamente fue inutil ya que no podía hacer nada, pero lo peor estaba a punto de ocurrir.

Entre la niebla una extraña silueta apareció, noté que de allí venía el sonido paralizante. La silueta se acercaba lentamente, era enorme, al principio pensé que era un vehículo, una especie de camión, pero estando más cerca mio noté que no era nada semejante, sólo había una forma de llamar a aquello que se acercaba: un monstruo.

Sus colores se mezclaban entre rojo oscuro y verde moho, tenía seis patas, similares a las de los insectos, partiularmente a las cucarachas, de su espalda salían largos mechones completamente negros, no estoy seguro si era pelo. Se detuvo frente mio, pude distinguir su cabeza, o al menos creo que era eso, tenía decenas de protuberancias moviendose constantemente, el nombre más común que podía darles era: tentáculos, se veían viscosos, hasta el punto de ser repugnantes. No tenía ojos ni boca, tampoco nariz, aunque creo que respiraba a travez de unos poros que estaban a los lados de su supuesta cabeza.

Nunca había estado tan aterrado en mi vida, el hecho de no poder moverme era desesperante, -¿Qué era esa criatura?-pensé:-¿Qué pensaba hacer conmigo?, si es que era pensante.

Y aunque ya no parecía posible, la situación empeoró. Sus tentáculos se estiraron hasta la ventana, la había dejado abierta, supongo que ''maldita suerte'' ya perdió el sentido a estas alturas.

Esos asquerosos pliegues se extendieron sobre mí hasta cubrirme el rostro y los brazos, creo que sería innecesario mencionar el asco que sentía, pero como siempre, las situaciones empeoran. De los tentáculos salieron pequeños gusanos de un rosado muy pálido, caminaron sobre mi piel y en un instante se introdujeron en ella. La perforaron sin el menor problema, como si agujas atravesaran papel. No me provocaba dolor, pero los sentía moverse dentro de mí, los sentía arrastrarse y retorcerse, empujándose unos a otros por cada fibra de mi cuerpo. Luego el sonido agudo se volvió más fuerte y perdí la conciencia.

Unos pequeños golpes al parabrisas me despertaron, se trataba de un sujeto que intentaba llamar mi atención,

-¿Señor?-me preguntó, aunque no lo capté en ese momento, apenas miré a mi alrededor y no había nada extraño, el monstruo desapareció, no dejó ningun rastro.

-¿Señor?-volvió a preguntar el sujeto, esta vez si le entendí, hice un gesto con la cabeza en el sentido de respuesta.

-¿Usted pidió una grua?-preguntó, en ese momento estaba un tanto distraido, aún seguía con el impacto de lo que ocurrió, pero de alguna forma, tal vez fue una respuesta automática, afirmé con la cabeza. Sin dar muchas vueltas, la grua se enganchó a mi vehículo y salí de ese lugar. Aunque durante el viaje no dejé de preguntarme:-¿Qué fue lo que ocurrió?, tal vez solo fue un sueño.

Unos días después, una extraña sensación hizo que me despertara a la mitad de la noche, algo que recorría bajo mi piel, -los gusanos-fue lo primero que me vino a la cabeza, me levanté desesperado y fuí hasta el baño para revisarme, no podía ver nada extraño en mi cuerpo, no entendía por qué. Por el recorrido que sentía, podía jurar que se verían los movimientos por mi piel, pero como dije: no podía ver nada extraño. Inmediatamente fui al hospital, alerté a todos los medicos para que me atiendan rápido, y lo hicieron. Me llevaron con un doctor para que me hiciera la revisión, pero no encontró nada.

-¿Cómo es eso posible?-le pregunté impactado, no supo responderme.

Al día siguiente fui a otro hospital, pero tampoco encontraron nada, repetí el proceso varias veces y todas terminaban con el mismo resultado: no había nada. Mi sangre, mi piel, mis huesos, mi carne y mis organos, todo estaba normal, ni siquiera tenía un daño en mi cerebro que justificara esta horrible sensación.

Me recomendaron en repetidas ocaciones ir con un psiquiatra, aunque no lo haré, se que ellos no pueden ayudarme.

Quisiera volver a la pregunta inicial: ¿Por qué le tenemos miedo a lo desconocido?, es porque no sabemos lo que pasará y por lo tanto no sabemos que hacer. Aunque ya tomé una desición, no voy a esperar a ver que ocurre con estos gusanos, no me atrevo a soportarlo, por eso le pondré fin a todo. Le agradezco al lector el tiempo que se ha tomado en esto, mi última carta.

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⏰ Última actualización: Apr 06, 2018 ⏰

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