Mensaje del whats app.
Herles: Tú eres lo que yo más quiero ahora, entiende no quiero nada con nadie más, siempre ando contigo, estoy contigo. A pesar que te enfades yo siempre estoy ahí. Reyna de verdad yo si te quiero. Te quiero mucho. Ni cambio mi foto ni borro nada, porque no me interesan los demás. Solo quiero estar contigo... No me importa lo que digan, yo solo soy feliz contigo. Amor.
Jueves 16 de noviembre 2017.
Ya casi serán dos meses, después de aquel mensaje. En todo este tiempo me he dedicado a mí o quizás a la que solía ser. Estoy a dos horas de que sean las diez de la mañana para ir a la conferencia. No estoy segura si es la emoción que me ha hecho levantar tan temprano o la respuesta que espero al verlo. Si, aquella respuesta que me diga que ya no hay sentimientos por él.
Prendo el celular, y todo está tranquilo. Coloco música de fondo "Sentir - Beret" de género rap romántico. Es una de mis favoritas. Quizás por aquella frase que me atrae "Hasta siendo nada también somos algo y mi mente calla".
A veces suelo pensar que él será por siempre mi "nada". Absurdo lo sé. Pero son solo pensamientos que tarde o temprano puedan cambiar ¿no? Así como los sentimientos un día puedes estar enamorado de alguien y al otro hacer de cuenta que jamás existió. Empiezo a creer que esta actitud se deba a "defensa propia" para no seguir creyendo que algunas situaciones puedan mejorar.
La música acaba y yo termino de planchar la ropa para asistir. Reviso la hora en el móvil, he demorado lo previsto. Paso a bañarme.
Escucho desde este espacio a mi madre diciendo: "vengan a desayunar". Rio- porque soy consciente de que me voy a demorar. Y respondo sarcásticamente: Ya iré.
Ha paso treinta minutos después que he entrado, mi madre prosigue: "¡Reyna! ¿No vas a venir?". Y la respuesta suele ser la misma. La verdad no entiendo, es mi madre durante diecinueve años de mi vida y hasta ahora no conoce en absoluto de mí. Pero bueno en un asunto que más adelante contare.
Me acerco a mi dormitorio y me visto de lo planeado. Un jeans que se amolda a mi cuerpo, blusa negra, zapato cerrado. Me causa un poco de gracia este momento, el jeans me ajusta más de lo normal haciendo que mis nalgas realcen, a comparación de otras veces o como mis compañeros suelen decir: las nalgas que ya tengo. Lo sé, se lee gracioso pero es la verdad. Soy de las chicas que tienen nalgas pero no tanto busto. A comparación de mis compañeras, que tienen busto y no nalgas o quizás como otras que tienen ambas o ninguna.
Recojo mi cabello en la toalla, hasta que seque. Mientras tanto voy en busca de maquillaje, lo esencial creo; ya que aún soy joven y no quisiera verme demasiada mayor. Entre ellas escojo: base, lápiz delineador, rímel y labial.
Difícilmente suelo hacer esto, al menos que considere que es necesario. Procedo y me quedo satisfecha. En camino busco mi "yin" (collar). Que significa la parte negativa y dominada por la oscuridad o en pocas palabras lo bueno dentro de lo malo obsequio regalado por una de las pocas que considero "amiga" y las tres pulseras de otra. Sonrió ante el espejo. Y me percato de la hora, claro está que soy una perfecta tardona. Son ya las nueve y media y hasta ahora no acabo. Corro en busca de mi perfume favorito "Vehemence" y el peine.
Ya lista puedo decir que será un día genial.
Salgo de mi casa a toda prisa y por tercera vez escucho a mi madre: "Reyna ¿tú desayuno?" y por tercera vez respondo: "¡Cuando vuelva lo haré!"- Desde la segunda puerta.
Un motocarrista se estaciona frente a mí y le digo que por favor vaya lo más rápido posible a la "Escuela de Ingenieros". Este me hace caso. Al llegar me doy con la increíble sorpresa que apenas somos cinco de los cuarenta que aproximadamente somos de ambos grupos del curso "Botánica sistemática". En mi digo: "para eso me apresuro".
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UNO NUNCA SABE.
Teen Fiction¿Qué es lo más tonto que has hecho? Creer que todo puede mejorar.