Capítulo 6

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Gregorio entró a la oficina temprano por la mañana, Mina había avisado que llegaría más tarde a causa de una emergencia que se le había asignado y nada había podido hacer, al parecer se le daban eso de los animales salvajes.

—Greg —dijo Thali cuando entró a la oficina—. Hay que hablar con el dueño de Chirrón. No podemos dilatar más esto, esta grave.

El veterinario suspiró. Hacía tiempo que venían con ese tema y ninguno sabía que hacer exactamente.

—Hablamos de eso con Mina, ella se rehúsa al sacrificio, pero los tres sabemos que es inevitable. Cita al dueño y el decidirá, pero su condición es cada vez más grave, el cuadro empeoraría si se le suma una artritis. La densidad ósea esta cambiado de manera vertiginosa.

—Muy bien, Mina ya ha terminado con King y viene para acá.

Gregorio levantó la mirada.

—¿Qué? —preguntó atónito, Mina estaba loca si... oh no, no podía ser que ella estuviera...

—Para eso la llamaron, Gregorio —dijo la otra revisando una tableta—. Para revisar a King.

—Thalía, King es un león macho de 250 kilos.

—Cuando ve a Mina parece un gatito como cualquiera, la adora y es mutuo. Ella lo conoce desde cachorro, no entiendo como no sabías nada de él.

—¿Quién fue con ella? —preguntó—. Porque no pudo haber ido sola hasta allá y menos entrar al recinto de los felinos.

—mmm —pensó por unos segundos—. Con ella está el ayudante de la jaula de los felinos y otro veterinario. Necesitaban hacerle una placa, parece que tiene lastimada la pata o algo así. La verdad no me lo supo explicar bien.

—La típica historia del león y la pata lastimada —dijo poniéndose de pie y guardando unos papeles—. Llevamos todo otoño trabajando juntos y es la quinta vez que ese león es visitado por Mina—dijo mirando los registros—. Espero que el veterinario sepa que la exposición del león a tantas radiografías es peligrosa.

Thali sonrió.

—No sabía que llevaras la cuenta. Pero tienes razón Gregorio, tanta exposición puede dañar al león.

La puerta se abrió y entró Mina con algunos papeles en las manos, los leía con atención y no reparó en los dos médicos que la estudiaban con mucha atención.

—¿Pasó algo nuevo hoy? —preguntó Thalía con una sonrisa.

Mina levantó la mirada de los papeles que le habían enviado desde la base estadounidense que estaba en Antártida, debía firmarlos y empezar con alguno de los preparativos para mudarse al quinto continente.

—Nada nuevo la verdad —respondió quitándole importancia y volvió a los papeles que empezaría a llenar a la hora del almuerzo que es donde Gregorio se iba de la oficina.

—Es la quinta vez que vas a ver a ese león ¿Cuántas placas llevas haciéndole a ese animal? Lo estás poniendo en riesgo.

—Las maquinas son más seguras ahora, no le va a producir daño alguno por eso no me niego a revisar a King cada que lo necesita.

—¿Ah no? —musitó enarcando una ceja a modo de pregunta.

—¿Qué quieren? Solamente estaba haciendo mi trabajo, no puedo renunciar a las visitas que hago al zoo, saben que me pagan bien y que eso aumenta el calificativo en mi hoja de experiencia. No es por el pago, es por la...

—Mina.

—Thali, no. Basta los dos, por favor —dijo sentándose en la silla más próxima para guardar los papeles en una carpeta para que nadie se diera cuenta de que eran—. Solo dejen que haga lo que me corresponde, diagnostico por imágenes y ese es mi trabajo, aquí, en el zoo o con mi aparato en donde quiera que me llamen.

Perdonar por amor #1 "Por ti vida"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora