Siempre fingiendo que no me necesitas, que no me extrañas.
Tu y tu maldita costumbre de actuar orgullo.
Puedes mentirte sobre lo que sientes por mi,
Pero, ¿Qué más dá hacer eso si yo sé lo que realmente sientes?Sé que deseas besarme tanto como yo lo deseo,
Sé que extrañas mis caricias, sé que te hago falta.¿Por qué seguir haciéndonos daño, cielo?