ME DÍ CUENTA TARDE

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Y sin quererlo, acabé amando cada rasgo de tí.
Te veía cada día pero nunca supe cuándo era el momento de demostrarte todo aquello de lo que nunca me atrevia a decirte.

Cada imperfección era una perfección.
Cada sueño era una realidad.

Poco a poco me fui dando cuenta de que todo esto era irreal y que solo sufría por un amor imaginario.

En mi cabeza - Callando y escribiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora